El Lobito de Mar de Dani García se instala en Madrid.

A Madrid ya no le da envidia el Lobito de Mar malagueño de Dani García, ahora tiene el suyo propio.

Una gran noticia para encarar el invierno, el Lobito de Mar de Dani García llega a Madrid con sus espetos, su atún de almadraba, sus arroces marineros y sus embutidos marinos, como en su costa malagueña, como si de un chiringuito de lujo y playa se tratara pero sin playa y sin costa, en Madrid, en la calle Jorge Juan.

La carta de este nuevo Lobito de Mar ofrece platos populares y productos típicos de la cocina andaluza tamizados por la elegancia y la exquisitez de un chef con tres Estrellas Michelin, Dani García; si eres de los que se muere por el pescado fresco y por el marisco no encontrarás mejor propuesta gastronómica en Madrid que la de este Lobito de Mar malagueño.

Además no es necesario que quieras disfrutar de una cena por todo lo alto para visitar este nuevo restaurante, puedes acercarte a descubrir su barra y degustar en ella un rico tapeo o picoteo informal; también ¡cómo no! puedes saborear el aperitivo en la barra antes de pasar a la amplia sala del restaurante para sentarte a comer o a cenar como Dani García manda.

Una sugerencia: no te vayas de Lobito de Mar sin probar sus pescados reposados y embutidos marinos, los verás en la sala o colgados en cámaras (pero a la vista del cliente) y son toda una innovación de Dani García basada en técnicas de conservación que se utilizan en nuestras antípodas, en Australia; en cuanto a los embutidos marinos, el equipo de Dani García aprendió a perfeccionar en la cocina del chef del mar Ángel León. Ojo también a las preparaciones en crudo como el sashimi de toro o el tartar y, por supuesto, a los arroces.

Disfrutar de un tapeo o un picoteo en la barra de Lobito de Mar te costará entre 20 y 40 euros mientras que degustar lo mejor de su cocina en su sala te costará entre 45 y 70 euros… claro que estarás comiendo en uno de los mejores restaurantes de Madrid ¡y del mundo!.



Saborear

Directos al paladar. Productos tan deliciosos como difíciles de encontrar “cocinados” o embotellados, en series limitadas, bajo la vigilancia de los expertos más selectos.

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