Dos palillos y una estrella michelín.

Albert Raurich, Tamae Imachi y Takeshi Somekawa, del Bulli a ...

Cuando las ideas fluyen, la creatividad vaga a su libre albedrío convirtiendo sueños en realidades… una vez se pone en ellos una buena dosis de esfuerzo y criterio, claro está. De ésto viene siendo buen ejemplo Dos Palillos, un restaurante único, de definición tan diversa como los sabores que propone y gestado en una gran cocina de ideas, la del Bulli.

Fue en 2006 cuando Albert Raurich se adentró en los sabores de la comida asiática intrepretados por occidente, y fue en Nueva York, con Ferrán Adriá, en uno de esos viajes de trabajo y descubrimiento indispensables para un chef en constante evolución; transcurría entonces el décimo año de su estancia en la cocina de El Bulli y, de vuelta a casa, cuando hilaba ideas acerca de lo interesante que sería un buen restaurante de Dim Sum, Ferrán Adriá le tiraba el guante: proponme un proyecto.

Y de aquel proyecto a Dos Palillos… dos años de trabajo y algo de lo mejor de la cocina de El Bulli: las personas, los modos.

Las personas, porque no sólo Albert Raurich, creador y actor principal en esta historia de sabores de oriente, viene del Bulli, también Tamae Imachi, jefa de sala y sumiller y Takeshi Somekawa, jefe de cocina, quien llegó un día al Bulli diciendo ‘quiero aplendel’. Y los modos, porque miran siempre hacia adelante, pensando más en todo lo que pueden aprender y, en base a ello, crear y recrear, que en lo que saben y dominan, pura filosofía Adriá.

En Dos Palillos podrás degustar la cocina de oriente, principalmente japonesa y china pero sin olvidar las recetas vietnamitas o de Tailandia y lo harás en dos espacios a cada cual más mágico: el bar, que ya en su nombre confiesa su inspiración patria de bar de tapas en el que comerás a la carta, y el restaurante que se rinde a los modos orientales con una barra asiática frente a la cocina y servida por los propios cocineros; en ella podrás degustar el menú degustación o comer a la carta sólo a mediodía.

Rollitos vietnamitas, won tong frito, wok de verduritas, japo burguer, temaki de toro de atún, tempura de chanquete, crujientes de pollo con curry… Sabores de otro mundo, el oriental, interpretados por occidente en una cocina vanguardista y creativa que alienta las ideas y el aprendizaje convirtiendo la gastronomía en un camino sin fin hacia el más, mejor y más sabroso.

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