De caza por Madrid.

Caza y setas son protagonistas.

Por ejemplo, en el recientemente estrenado El 38. Allí Pedro Larumbe pone toda su maestría en un exquisito lomo de corzo con salsa de frutos rojos, un clásico contra las bajas temperaturas. Lo acompaña además con hummus y sus deliciosas mini patatas soufflé.

Las alubias blancas viudas de la Vega de Saldaña son la estrella de Villoldo, ese trocito de Palencia que lleva ya cinco meses inundando de aromas el barrio de Salamanca. Al frente, Pilar, una de las hermanas Pedrosa, que ha dejado atrás su casa madre, Estrella del Bajo Carrión, para alboroto de los castellanos con morriña.

Para cosmopolitas, Macadamia. Aquí también hay lugar para lo más tradicional y en este tiempo propone un arroz meloso con setas y carrillera ibérica que quita el hipo. Como colofón, cualquiera de sus cócteles para alargar la tarde en horario afterwork.

Los boletus comparten sartén con la trufa y el huevo en Ponzano. Este restaurante, en una de las calles con más bares de Europa, lleva más de 25 años siendo un referente en cuanto a cocina de toda la vida.

Trufa también para celebrar los 50 años de La Tasquita de Enfrente. En este caso, Juanjo López la sirve con patata, y no con cualquiera. Si algo le caracteriza, es la utilización de un producto fresco y excepcional que le brindan los mejores proveedores.

Y en Matritum, los viernes toca cuchara. Su arroz caldoso, acompañado de carnes y pescados que varían según disponibilidad en el mercado, inaugura el fin de semana con las mejores sensaciones. Textura y sabor para entonar cuerpo y espíritu.