Cabaña Marconi, el delicioso lugar de las delicias.

Al calor de Madrid, en el Encinar de los Reyes, Alcobendas.

Hay lugares de los que emana la pasión con la que fueron creados, son los que nacen de una vida, de tanto aprendido e inventado, de tanto revuelto entre ideas para convertirse al fin en algo nuevo y diferente, único por llevar en su esencia la pasión de la que es fruto.

Son lugares como la Cabaña Marconi, rincones en los uno se acomoda con gusto para dejarse arrastrar por un mundo de sensaciones entre las que bailan al son del gusto marcan el paso.

Se trata de una terraza acristalada de invierno y verano que apaga estufas y se deja tentar por la calidez del sol ahora que asoma la primavera; es un lugar diferente, que huele a norte y sabe a mar, evoca lo nórdico y al tiempo lo muy nuestro. Y esto no es así por casualidad.

Marcos Olazabal es el inventor de esta terraza, la ideó a partir de si mismo y de su vida, de sus primeras experiencias culinarias cuando éstas no eran más que un comer con gusto y placer sin saber que en ellas se fraguaba su futuro. Y por eso en la Cabaña Marconi, tanto en el espacio como en la carta, descubrimos algo de los sabores suecos que le llegaran por vía materna, de los cantábricos y también italianos; y a partir de una combinación magistral de estas vivencias con lo aprendido y lo vivido después, y con todo lo que una imaginación despierta da de sí en cuanto a ideas, da vida a una terraza decorada en azul cantábrico con muebles de líneas nórdicas.

Imagina el sabor de la tierra en una tosta de champiñones o en un laminado de verduras al horno con provolone; siente el mar en tu boca al morder una tosta de gambas del mercado de Estocolmo o unas anchoas de Santoña; y de nuevo vuelve a las tierras del mundo para degustar un roast beef con puré de patatas y cebolla caramelizada, boloñesa con pasta, strogonoff con arroz o brochetas de pollo aderezadas con soja y tomillo.

Y endúlzate la vida con unas tejas de Maud, una mousse de chocolate o limón, crepes rellenos de dulce de leche, tiramisú o fromage blanc con frambuesas.

Es un lugar para comer o cenar, un afterwork, el primer cóctel… es la Cabaña Marconi.

Localización

Más información Cabaña Marconi



Saborear

Directos al paladar. Productos tan deliciosos como difíciles de encontrar “cocinados” o embotellados, en series limitadas, bajo la vigilancia de los expertos más selectos.

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