¡Qué locura de tartas!
En el mundo de "Tartaloca" todas las locuras se convierten en tarta. ¿Cuál es la tuya?
«¡Oh!, eso no lo puedes evitar –repuso el Gato–. Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca. ¿Cómo sabes que yo estoy loca?– preguntó Alicia. Tienes que estarlo –afirmó el Gato–, o no habrías venido aquí». Lewis Carroll. Alicia en el País de las Maravillas.
¿Te comerías el estudio de grabación de un programa radiofónico? ¿Y la portada de un disco? Bueno, aunque tal vez lo que quieres es devorar una botella de Möet. Sí, la botella entera. Con el corcho y todo. Porque el champán se bebe, ¿no? ¡Ah! Que estás diciendo que sí, que te comerías todo eso y más. ¿Incluso una plaza de toros? ¡Tú estás como una cabra! Tienes que estarlo, o no habrías venido aquí. Buena elección. Acabas de llegar a Tartaloca, un lugar mágico y deliciosamente dulce donde todas tus locuras se convierten en ¡tarta! Adelante. Lola, Mento y Mari Puri lo tienen todo dispuesto.
Sobre una base de bizcocho de chocolate, vainilla, naranja, limón, fresa… y un relleno igualmente exquisito cuyo sabor también podrás elegir, Mari Puri elabora la tarta de tus sueños de manera totalmente artesanal y con el diseño que decidas: deportes y aficiones, sapos y princesas, el teléfono de tu bisabuela o el último smartphone de la factoría Jobs… Por muy inconfesable que sea tu deseo, cuéntaselo a Lola. Y si no lo tienes muy claro, también; ella te ofrecerá infinidad de dulces alternativas adecuadas para la ocasión. Porque, claro, la ocasión la pintan calva y celebrar, cada uno celebra lo que le apetece, desde bodas, bautizos y comuniones hasta cumpleaños y no-cumpleaños o simplemente que ha salido el sol. Si te estás preguntando dónde recoges tu tarta, tranquilo. Mento te la lleva allá donde te encuentres y en perfecto estado, pues su furgoneta está correctamente acondicionada. Además, al ir recubiertas de azúcar, las tartas se conservan impecables varios días sin necesidad de meterlas en la nevera.