Estos son los aceites Patio de Viana y Palacio Marqués de Viana.

En el Valle del Guadalquivir, entre el Parque natural de Cazorla y Sierra Mágina y regadospor las aguas del río Guadiana Menor, crecen los olivos de la familia Vañó, una familia que lleva más de 200 años cuidando su olivar y produciendo AOVEs (Aceite de Oliva Virgen Extra) de alta calidad: Patio de Viana y Palacio Marués de Viana.

¿Y a santo de qué esos nombres? Te preguntarás… La culpa es del Palacio del Marqués de Viana en Garcíez, en Jaén, un palacio que es Bien de Interés Cultural y que pertenece, como el olivar del que te hablamos, a la familia Vañó; pero esta familia olivarera no es el único vínculo entre el Palacio del Maqués de Viana y el aceite de oliva virgen extra: su anterior propietario, Don José Saavedra (para más señas, Marqués de Viana) fue quien detalló las primeras normas de calidad que los AOVEs debían cumplir.

Un curiosidad más que interesante de los aceites de la familia Vañó está en su proceso de producción más que en las variedades de aceituna: es el momento de recolección el que marca el perfil sensorial de cada uno de sus aceites; cada AOVE de Patio de Viana y Palacio Marqués de Viana se crea a partir de un momento diferente de recolección, lo que aporta características distintas a sus aceites.

Los AOVEs Palacio Marqués de Viana son de cosecha temprana y se obtienen de la mezcla de las mejores aceitunas de cada variedad (picual, arbequino y royal entre otras) en el mes de octubre; los de Patio de Viana por su parte ofrece dos variedades que desvelan la variedad de aceituna a la que deben su excelencia: Patio de Viana Picual y Patio de Viana Arbequina.

Los AOVEs, como el buen vino, tienen su propio maridaje: Patio de Viana Arbequina combina de escándalo con pescados blancos, postres, quesos, helados y platos con mahonesas y otras salsas; Patio de Viana Picual de escándalo con carnes y pescados azules, quesos curados, embutidos, ahumados y platos preparados con chocolate.

El Blend del Palacio Marqués de Viana, el de la botella blanca, es perfecto para los amantes de los sabores fuertes mientras el Blend Sublime es más sutil y versátil, apto para todos los paladares.