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cerrarEspéciate la vida y la sal.
Pimienta rosa, verde, blanca, negra y de Jamaica, tomillo, albahaca, romero, ajedrea, lavanda, orégano, pimentón... en la Sal del Himalaya.
Una mina de sal rosada al otro lado del mundo, junto a la ruta de la seda, y en ella aun mucho antes, desde el Jurásico, entre Islamabad y Lahore, en Jhelum. Y en la mina, la segunda más grande del mundo, cristales de color rosado… es la sal del Himalaya, que es tanto como decir que es un pedazo de su inmensa y perenne vida.
Desde el rincón del mundo en el que el oro era seda y especias, el entendimiento entre la sal y estos condimentos era un destino ineludible pero ahora además La Chinata convierte este destino en un festival gastronómico:
Albahaca, romero, hinojo, cáscara de limón, estragón, laurel… y sal del Himalaya en un 66%; la combinación perfecta para los platos llegados del mar, pescado.
Corteza de naranja y limón, pimienta rosa, lavanda… y sal del Himalaya en un 83,5%, una sal cítrica que marida también a gusto con el mar.
Laurel, hierbabuena, ajo, cebolla, pimiento y perejil, una combinación poco especiada y muy de la huerta con sal del Himalaya en un 85,5% que no elige ni hace ascos, da un gran punto y toque de sabor a cualquier plato.
Pimienta rosa, verde, blanca, negra y de Jamaica, cinco bayas, y además tomillo, albahaca, romero, ajedrea, lavanda, orégano y pimentón; una combinación, con la sal del Himalaya al 87%, fuerte, explosiva, picante y sabrosa… ideal para la brasa, es barbacoa.
Ajedrea, romero, tomillo, hierba de limón y la sal del Himalaya al 87%, un punto suave y cálido, mediterráneo, para cualquier plato.
Termina así aquello de ‘sal y pimienta’ para la vida y empieza una nueva época… la de especiar la sal y la vida, la de buscar la risa, el chiste y lo bello en cada cristal y en cada arista, la de saborear cada instante, degustarlo y compartirlo… y es que ahora, conociendo la sal del Himalaya condimentada de La Chinata, la sal sin más… se nos queda sosa.