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El flashback embotellado de Glenfiddich Original. Un whisky de edición limitada para viajar a 1963.

Sólo 120 botellas que te transportarán al sabor del whisky que en 1963 revolucionó el mercado estadounidense.

El día en que la realidad se puso en contra del whisky, la visión de un hombre lo cambió todo. Cuando el mundo se había acostumbrado a los blended, aparece el mismo nombre en el mercado cambiando la historia. El whisky menos pensado revolucionó el consumo en Estados Unidos. Y hoy, para celebrarlo, lanzan una edición limitada, el Glenfiddich Original. Todo un viaje a la historia, a los giros inesperados y a la tradición de mantenerse en los titulares creando hitos.

Cuando la Ley Seca azotaba la industria del whisky y Escocia veía cómo sus destilerías iban cayendo una a una, la visión de William Grant se puso en marcha creando una nueva. Puso a su familia a trabajar para construir, piedra a piedra, la nueva leyenda de oro líquido que a día de hoy es una de las pocas independientes, aún en manos de los mismos. En realidad, de sus descendientes.

Las cosas salieron bien. Era la única destilería que se encargaba de todo el proceso, incluso del embotellado. Con lo cual eran de los pocos que garantizaban su calidad bajo el ojo extremo de la tradición. Pero la historia está ahí para cambiarla y con una Europa aún con heridas de guerra, Sandy Grant Gordon y Charles Grant Gordon cogieron el avión y se fueron a batir los hielos de un Estados Unidos que estaba más pendiente de la guerra fría que de otra cosa.

Así, que mientras los norteamericanos instalaban el teléfono rojo en línea directa con Rusia, Sandy abría su maletín haciendo probar su Glenfiddich Single Malt. Estupor, dicen que causó su proeza. En un mercado de blendeds, aparecía el primer Single Malt.

Nota aparte merece lo del Single Malt, hasta ese momento, los whiskys creados por sólo un grano eran los Straight Malt, una denominación que sólo se usaba dentro de Reino Unido, pero que luego de debates cambió a Single Malt. Así, Glenfiddich digamos, que fue todo un pionero en comercializarlo bajo ese nombre. El que golpea primero, golpea dos veces. Pues eso.

Pero estamos en momentos vintage y el actual Malt Master de Glenfiddich, Brian Kinsman, ha logrado reproducir ese histórico sabor que conquistó a Estados Unidos en 1963.

Y es que resulta que la destilería aún conservaba barricas de esa añada, aunque no las suficientes como para lanzarlas al mercado. Pero siguiendo los pasos que por aquel entonces hicieron en Glenfiddich, trató de reproducir al máximo, conservado esa frescura y sabor afrutado tan característico.

El resultado es un whisky color oro pálido con aroma frutal en donde se intuye la pera, entre los recuerdos a roble. Los sabores se potencian y se abren con unas gotas de agua, que hacen aparecer las notas cítricas y las galletas de avena.

Un flashback gustativo, una herencia bebible con la icónica botella original enfundada en un estuche negro con relieve en oro.

A partir del 15 de octubre, las únicas 120 botellas de esta edición limitada para España están disponibles en licorerías y tiendas especializadas. Un regalo ideal para conmemorar todo lo que sucedía en 1963. Como el teléfono rojo, el asesinato de Kennedy o el discurso «I have e dream» de M. L. King.

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