Bossa. Espíritu destilado.

Brasiiiiiiillll… nananananá… Brasiiiilll, Brasiillll
Que el izquierdo, que el derecho, que iz… der… iz…derech… ¡ay! que este ritmo no lo entiendo, ¿qué pie viene primero? Que el carnaval de Río… Que la playa, que esos cuerpos dorados por el sol. Que la Bahía… ¡Y desde aquí también se ve el Corcovado! Y el agua de coco en la playa. Las batucadas. La música. El «o mais grande do mundo». Que por aquí todo da para que estemos de fiesta…. ¡Uy! que a los 15 días hasta se me mueven solitos los pies. Ipanema. Las garotas y garotos, los que caminan por la calle y los que vienen en las cajtas amarillas. Navidad a 35º grados, ¿entiendes? ¿Papá Noel vendrá en bañador? ¿Pero esta gente está siempre alegre?

Allí, donde el estereotipo deja paso a lo real. A mitad de camino entre el jazz y la samba. Donde la alegría, se mezcla con el desamor y la introspección. Allí está la Bossa Nova. Con su cadencia, con su suaves acordes que entran directo al alma. Un ritmo que refleja la otra Brasil, la que se despierta cada vez que abres la cachaça Bossa, la nueva apuesta de The Water Company.

Puro sentimiento líquido que en nariz tiene notas de chocolate con algunas reminiscencias de melón que se distinguen por ser poco frecuente en este tipo de bebida. Dulzor y suavidad. Y de repente, sabes que es cachaça. Y sabes que es Brasil y su ritmo. Y recuerdas su paseo marítimo con esa característica baldosa de los años 50 representada en su botella.

Este exclusivo destilado de caña de azúcar, con graduación de 40º, es ideal para preparar tu caipirinha, pero no te reprimas e intenta nuevas combinaciones con frutas frescas… ¿Qué tal unas fresas? ¿Kiwi? ¿Fruta de la pasión?

Hay un país real. Hay una cultura más allá de la que conoces. Hay un ritmo que cautiva. Y hay un espíritu capturado en la botella de cachaça Bossa.