Husqvarna Vitpilen/Svartpilen 401. La belleza que surgió del frío.

Hasta ahora fabricante de motos pensadas para la naturaleza, las Husqvarna Vitpilen/Svartpilen 401 son toda una invitación a disfrutar de la ciudad.

Hace ya tiempo que las motocicletas Husqvarna no se fabrican en Suecia. Concretamente se cumplen 30 años exactos en este 2107 que comienza. Volviendo la vista atrás esas tres décadas, llegaríamos a 1987, cuando la italiana Cagiva compró a los suecos su marca y comenzó a fabricarlas en Italia. En 2007 la marca volvió a cambiar de manos para pasar a ser propiedad de BMW, y tan sólo 6 años después lo volvió a hacer trasladándose a Austria al ser adquirida por Pierer Industries AG, dueña también de KTM. Pero a pesar de todo este vaivén, y quizás por su casi total desempeño en labores de todoterreno y off-road, a mi particularmente siempre me dieron la impresión de ser motos que venían del frío, como los hombres del norte de las historias antiguas. Motos duras, potentes, dispuestas a todo y con pocos límites. Motos que no solías ver en la ciudad, donde posiblemente serían tan extrañas como lo sería un vikingo.

Pero todo cambia en esta vida, y la marca antes sueca y ahora austriaca ha dado el paso y se ha lanzado a producir motos de calle, de carretera. Motos que tienen su hábitat natural en los desplazamientos urbanos y de cortas y media distancias. Son las nuevas Husqvarna Vitpile y Svartpilen 401, presentadas en el EICMA 2016. Ambas comparten el mismo propulsor, heredado de su «prima hermana»  la KTM 390 Duke, un monocilíndrico de 375 cc y 44 CV, números que encajan a la perfección en el cometido para el que han sido diseñadas. En cuanto a la estética, basta una mirada para comprobar su parentesco, aunque tengan ligeras variaciones. Su diseño es fluido, sencillo, de una belleza nacida de la simplicidad, con el cuerpo de depósito y sillín formando un único cuerpo elevado sobre el bastidor y el motor, sin más añadidos que los necesarios. Austeridad escandinava, si no supiéramos que su origen está en Austria. Homenaje a sus orígenes.

En cuanto a las diferencias, mientras la Vitpilen 401 está claramente dedicada a su nuevo cometido de moto urbana y de carretera, la Svartpilen tiende un puente a sus orígenes de naturaleza y caminos con un aspecto scrambler que la orienta también a un desempeño ligero en la naturaleza si no es demasiado complicada, con neumáticos más «camperos» y el manillar en una posición más elevada, sin perder ese aspecto de bella funcionalidad que comparte con su hermana. Sea cual sea nuestra elección, estas bellezas que surgen del frío nos dejarán el corazón de moteros a una temperatura sumamente agradable.

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