Ducati Supersport. Una moto para terminar bien todas las historias.
Una moto para disfrutar desde el día a día hasta los largos recorridos por carretera sin que perdamos ni un poco de nuestro amor por ella.
Al final te decides y adquieres la moto de tu sueños, esa que fue tuya desde el momento en que la vistes en aquellas páginas de couche en la revista de motos que compras siempre, esa que seguiste como iluminado cuando comenzaron las noticias de su comercialización, esa que no podía ser otra. Cuando por fin está en tus manos, la usas para todo, hasta para dar la vuelta a la manzana. Y crees que vas a comerte las famosas perdices. Pero con el tiempo, como pasa con algunos amores, algo falla. Tú no la puedes dar siempre largas rectas a toda velocidad o carreteras de montaña con intrincadas secuencias de curvas, y ella no termina de ser lo que soñabas encerrada entre semáforos cada 150 metros. Y un día te ves mirando con envidia a ese chaval con su primer amor sorteando coches como si no hubiera mañana.
En Ducati están dispuestos a que las historias de amor acaben como deben acabar las historias de amor, aunque les pese a las perdices. Para ello, han partido de la que sin duda es una de esas motos soñadas por tantos de nosotros, la Panigale, para destilar un nuevo modelo que combine unas prestaciones deportivas con la posibilidad de un uso más intensivo en condiciones cotidianas, es decir, para la batalla del tráfico y el recado. Su nombre, Ducati SuperSport, toda una belleza con carácter con la cual ninguna historia puede terminar mal.
Nada más verla, el flechazo será instantaneo: líneas deportivas, de riesgo, de velocidad. Un frontal agresivo, moderno, con el grupo de luz acentuado por la inconfundible línea de los LED del Daytime Running Light (DRL) sobre los faros halógenos. Más arriba, la pantalla ajustable nos va dando una idea sobre lo que nos ofrece la SuperSport, deportividad a nuestra medida. A partir de ahí, las líneas del carenado abrazan el nuevo diseño del conocido y fiable chasis multitubular con el motor estructural de la marca italiana. Desde luego, a la SuperSport no dejaremos de soñarla por falta de belleza, de la que tiene de sobra en sus 210 kgs de peso y 1.478 mm de distancia entre ejes.
Ni tampoco lo haremos por falta de músculo y pasión. La Ducati SuperSport monta un desarrollo del bicilíndrico Testastretta 11º de 937 cc de la Hyperstrada 939, con 113 Cv y un par de 96,7 Nm. De sobra para que nuestros sueños transcurran a la velocidad que deseemos, pero a su vez equipado con un control de tracción de 8 niveles y posibilidad de elegir entre tres modos de conducción (Sport, Touring y Urban) personalizables, disfrutando así en cada momento de lo mejor que pueda ofrecernos sin perder nada de diversión ni de utilidad.
Y si la SuperSport tiene belleza y músculo, tampoco la falta cerebro, como para pensar en la comodidad, con su sillón más bajo y la posición del manillar ofreciendo una postura de conducción más acorde con un uso cotidiano, en la seguridad, con las suspensiones Öhlins, el ABS de Bosch, los frenos con pinzas Bembo sobre discos de 320 mm, o en el avance que supone el asistente de cambio de marchas Ducati Quick Shift (DQS), para cambiar sin tocar el embrague o cortar gas. Todo esto (y puede que más) es la Ducati SuperSport. ¿Soñamos?
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