En el nombre del padre.

En 1947, un ingeniero agrícola de Yorkshire llamado David Brown compró, por algo más de 20.500 libras, una pequeña fabrica de automóviles creada en 1.913 aunque rendida y agotada tras los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial. Inmediatamente, puso manos a la obra para rescatar el negocio a través de la mejora del Atom, un prototipo que la fabrica tenía diseñado y en cartera desde 1939. Mejorado, el Atom constituyó la semilla del primer Aston Martin de postguerra, y como primogénito le pusieron de nombre el mismo que lucía su progenitor. Acababa de nacer el primer DB.

Mucho ha llovido desde la presentación del DB1 en el Salón Internacional del Automóvil de Londres de 1948, tiempo trascurrido en el que el apodo DB ha adornado algunos de los coches más emblemáticos de Aston Martin –recordareis el Silver Birch DB5 de Bond, James Bond-, un distintivo que significa excelencia en la ingeniería y la más alta calidad de la artesanía, coches que han dejado y dejan aún hoy día, una marca indeleble en la historia del automóvil británico.

El Aston Martin DB9 2013 es la última encarnación del linaje DB, un modelo que adopta una forma aún más ágil, fluida y pura respecto a los modelos que lo preceden, con una estética que lo acerca al Vanquish, pero con el estilo atemporal que se encuentra en el mismo corazón de la gama Aston Martin DB clásica.

El nuevo Aston Martin DB9 monta una nueva generación de motores AM11 de 12 válvulas que desarrollan 517 CV. Los cambios estéticos en el exterior son rotundos, tanto en el frontal como en la trasera, con una parrilla y paragolpes más grandes y un difusor central trasero que hace que acentúe, aún más, su carácter deportivo. En el interior, el DB9 destaca por su apuesta continua en utilizar los materiales más lujosos y elegantes combinados con un gusto de los que pocos, muy pocos, pueden presumir.

El Aston Martin DB9 2013 ha sido presentado en septiembre y dispone de dos versiones, coupé o volante, disponibles desde unos 175.000 €.

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