El primer avión de despegue vertical para uso personal será realidad en 2018.

Tal vez en 2018 lo de volar de casa al trabajo empiece a verse como algo, sino real, al menos posible gracias a Lilium, el primer avión biplaza de despegue vertical.

Hay proyectos que parecen más de película de ciencia-ficción que de realidad, es el caso de Lilium, el primer avión de despegue vertical para uso personal; nos imaginamos este tipo de vehículos en películas del siglo XXIII o, a lo sumo, en algunas de acción y aventuras con licencia para introducir en ellas objetos que lo son más de sueño que de realidad pero sentimos muy lejana a nosotros la idea de tener nuestro propio avión aparcado en el garaje. Pues bien, quizá ese momento, el de tener un avión como tenemos hoy un coche, esté más cerca de lo que pensamos, tal vez en 2018 lo de volar de casa al trabajo empiece a verse como algo, sino real, al menos posible.

Y es que esa es la fecha que sus creadores han dado para la comercialización de los primeros Lilium, un avión bizaplaza de despegue vertical y baterías eléctricas con el que ir volando a todas partes. Este ambicioso proyecto nace en febrero de 2015 cuando 4 ingenieros de la Universidad de Munich aúnan su saber técnico y sus ideas para crear los primeros prototipos en tamaño reducido -de menos de 25 kilos- de este avión; estos primeros prototipos fueron el campo de pruebas perfecto y cumplieron los objetivos que estos cuatro ingenieros habían marcado para ellos ¿el resultado? Lilium, el primer prototipo de avión para uso personal que no necesita aeropuerto para despegar ni aterrizar porque lo hace verticalmente y que, además, podrá sobrevolar zonas urbanas porque, gracias a sus motores eléctricos, apenas genera ruido.

Lilium condensa lo mejor de los aviones de ala fija y de los helicópteros evitando los inconvenientes de ambos medios de transporte -la necesidad de una larga pista de aterrizaje y despegue en el caso de los aviones y lo ruidosos e inestables, además de difíciles de pilotar, que son los helicópteros; Lilium no necesita pista de aterrizaje alguna porque despega y aterriza verticalmente, es silencioso gracias a sus motores eléctricos  y estable como un avión, además es de fácil manejo y la licencia necesaria para manejarlo de obtiene con un cursos de 20 horas.

¿Nos veremos aparcando el avión en el garaje y saliendo a pasear volando? cabe que sí, a partir de 2018.



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