El intenso aroma de La Perla, un tributo a la sensualidad femenina.
Fragancia y lencería se funden, revolotean sobre la piel desnuda en un juego interminable de seducción.
La Perla nació en Bolonia como una pequeña joya artesanal envuelta en paños de terciopelo rojo. De eso hace ya sesenta años y hoy esta deliciosa firma lencera italiana es una de las más deseadas del mundo. Sin embargo su esencia, su diseño, su estética, su belleza permanecen intactas. Y así, entre encajes y satén, sedas y tules, el lujo y la más exquisita tradición acaban de ver la luz dos nuevos aromas de culto.
Diseñada en negro y oro, como un símbolo del deseo, La Perla Classic encarna el súmmum de la sensualidad; acaricia el cuerpo femenino envolviéndolo en una luminosa fragancia sutil y potente al mismo tiempo. La salida, formidable, se nutre del aroma del albaricoque y la flor de osmanto que se funden de manera sorprendente con la intensidad de la mandarina y la delicadeza del clavel para dar paso a un corazón de rosa absolutamente femenino que deslumbra bajo la frescura picante del cardamomo y la pimienta. Las notas amaderadas del sándalo, el musgo verde y el pachulí cierran esta fragancia impetuosa, con carácter, especialmente diseñada para una mujer decida, deslumbrante, segura de sí misma, de su poder, de su sensualidad. El frasco, de formas voluptuosas, coquetea y provoca; mientras que un estuche que muestra tanto como oculta, tan sensual como el encaje negro, remata la creación.
Al igual que una joya o la lencería más fina, Just Precious nace para vestir de seducción la piel femenina; la más pura expresión de la intensidad. Catalogada como una fragancia amaderada-floral-oriental, la alquimia de Just Precious conjuga los aromas cítricos de la mandarina y la bergamota con la calidez del azahar, la peonía, la flor de tiaré y la dulzura del ylang-ylang para finalizar con una explosión de vainilla, sándalo, ámbar y pachulí, capaz de crear un aura inalcanzable. Un halo infinito que permanece en el tiempo y distingue a la mujer más sofisticada de La Perla. El frasco tallado en cristal puro refleja la luz y permite contrastar el tono oro pálido de la fragancia con la intensidad de su tapón facetado.
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