Presumir.
Porque en la presunción brilla, e incluso nace, la belleza.
La melena al viento o el seductor corte garçon, piel que llama a caricia y aroma que envuelve y atrapa; mirada profunda, labios sensuales que esconden un beso o dos, pómulos marcados en un rostro deslumbrante; y frente a ella, él; el aroma de su intención, la belleza de su rostro hidratado, cuidado, mimado… y el sol en su piel. Porque en 2012 hemos presumido todos mucho y bien, y así queremos seguir, porque en la presunción brilla, e incluso nace, la belleza.
Presumir.