Pétalo de masaje.

Usado en frío, tonifica; caliente, reactiva la microcirculación.

Las células madre vegetales están de moda. Pero los laboratorios Lancôme llevan más de diez años estudiándolas, por eso aventajan a las demás firmas con un conocimiento puntero. Su último hallazgo se encuentra en la flor que es todo un emblema para la marca, la rosa Lancôme, creada por el rosalista Georges Delbard en 1973. Mediante trabajos de hibridación obtuvo cerca de 20.000 variedades, pero eligió esta por su vivacidad y resistencia.

Cuarenta años después esta rosa da lugar a lo que en los laboratorios franceses consideran una obra de arte cosmética: Absolue L’Extrait de Lancôme.  Cada frasco concentra dos millones de células madre de rosa Lancôme capaz de reactivar los signos de juventud perdidos. Pero lo verdaderamente espectacular de esta crema es su presentación: desde su textura evolutiva, pasando por su increíble fragancia, al estuche en que se ofrece, un joyero provisto de dos puertas. El cofre incluye un aplicador denominado pétalo de masaje que resulta tan práctico como placentero. Una de sus caras, la negra, sirve para tomar y aplicar el elixir; la otra, dorada, para masajear. Pero hay más, el ritual de aplicación también incita a jugar con la temperatura del pétalo: usado en frío, tonifica; caliente, reactiva la microcirculación. Precio: 330 euros.

Lancôme.com

Una colaboración especial de:K.

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