Sweet dreams.
Ante el llanto y su desconsuelo, lo mejor sigue siendo el cariño, la cercanía, los besos que ella también devuelve y las caricias.
«Y cuando crees que ya lo has superado, vuelve a pasar.» Sí, sé que es la típica frase, pero esta semana Jorge y yo la hemos utilizado ya un par de veces. Empezó el jueves.
A las 20:00 todos los días es la hora del baño. Cogemos a Teresa y con ella en brazos vamos haciendo lo que ya es una rutina. Primero bajamos las persianas de su cuarto, preparamos la cuna con su nene, vamos al baño, llenamos su bañera y colocamos su toalla. Y cuando todo esto está listo, la ponemos en el cambiador, la desvestimos y la llevamos al agua, mientras le cantamos la canción del patito en el agua meneando su colita, que ella baila a su manera, moviendo mucho la cabeza.
Los momentos del baño son divertidos, Teresa juega con los patitos, con los tres, y con una rana verde a la que si se la acciona se mueve como si nadase, y eso a ella le encanta. Hasta que le ponemos fin, toalla mediante y vuelta al cambiador.
Ya en pijama nos vamos a la cocina y preparamos el “bibi”. 240 mililitros de agua templada y seis cacitos de su leche en polvo. Y de ahí a nuestro cuarto, donde se lo toma. Ella lo sostiene y cuando llega al final, después de uno de esos sorbos ruidosos, nos lo da y nosotros la cogemos como si la fuésemos a mecer. Y vamos camino de su cuarto para terminar de dormirla en brazos, hasta que cierra los ojos de puro agotamiento.
Pues bien, esta última parte el jueves cambió. Eran la 1 de la madrugada y ella seguía despierta, y llorando y algo inquieta. Algo que no ocurría desde los nueve meses, que tuvo otro episodio de sueño complicado, hasta que se normalizó sin más. De un día para otro.
Esta vez no sabemos muy bien a qué se debía. O sí. Dicen que ahora empiezan los miedos nocturnos. Y sea por esto, o no, el caso es que ante su llanto y su desconsuelo, volvimos a optar, porque así nos lo ha dictado la experiencia y el contraste de métodos, por el cariño, la cercanía, los besos que ella también devuelve y las caricias. Después de eso y de que ella encuentre su asiento, todo vuelve a la normalidad. Cierra sus ojitos y pasa a su momento de dulces sueños.