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cerrarPueden ustedes llamarme Benito Cereno.
A los 200 años del nacimiento de Herman Melville, Nórdica publica Benito Cereno, una de las obras más oscuras del escritor norteamericano.
Pueden ustedes llamarme Benito Cereno, aunque mi apellido sea Cerreño. Hace unos años —allá por el 1804 exactamente—, teniendo entre las manos un negocio cuestionable desde el punto ético, pensé que me iría a navegar un poco por el Pacífico, para llevar esclavos a Lima. Obviamente Herman Melville no comenzó así una de sus novelas más polémicas y oscuras. Sí es cierto que le cambió el nombre al protagonista de la historia real que inspiró su texto.
Benito Cereno (1855) es una novela compleja que la crítica de la época —la actual se debate entre calificarla como sonoro rechazo al tráfico de personas o un discurso filosófico sobre la libertad y la apariencias— no supo cómo interpretar. Melville supo del periplo del capitán español Benito Cerreño gracias a las memorias publicadas años antes por Amasa Delano, capital del Perseverance, que se prestó a socorrer al buque negrero al detectar su navegación errática. Poco podía imaginar el norteamericano el tinglado que había montado a bordo.
En el tiempo en que se publicó la novela, los ánimos andaban muy encendidos en EEUU a cuenta del asunto de la esclavitud, el tráfico de personas y la libertad como valor absoluto. Melville, sin duda, no era ajeno a la controversia. Una cuestión cada vez más candente que iba a desembocar poco después en la tristemente célebre Guerra de Secesión. Tal vez por ello, la noticia de la rebelión de los esclavos que transportaba el negrero español en el Santo Domingo le conmovió especialmente.
El caso es que, según narra Herman Melville, cuando Delano se aproximó al Santo Domingo se topó contra una situación inusual: los esclavos eran blancos y los negros sus dueños. Tampoco Benito Cereno le ayudó a despejar la incógnita. El capitán español se mostraba huraño y poco colaborativo ante su, en principio, rescatador. Amasa Delano tuvo que emplearse a fondo para averiguar qué demonios sucedía en aquel extraño barco. Le resulta especialmente anómalo el comportamiento de los negros que no dejan a Cereno ni a sol ni a sombra y de la escasa tripulación blanca que se deja ver por cubierta. Los esclavos fingen a la perfección que tienen el control del barco, mientras que el capitán norteamericano especula sobre los hechos.
La trama, que se desarrolla en el opresivo espacio de un barco que nadie puede abandonar, describe el ambiente asfixiante, la tensión que se masca en cada movimiento, la violencia contenida de sus protagonistas, la sangre que está punto de volver a correr.
Nórdica Libros publica, a los 200 años del nacimiento de Herman Melville, esta polémica obra sobre la trata de esclavos. Traducida por Maite Fernández, la edición viene acompañada de las bellísimas ilustraciones de Elena Ferrándiz.
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