El arte de la entrevista: 60 años en The Paris Review.
'The Paris Review' reúne cien retratos literarios realizados a lo largo de sesenta años, que abarcan la época dorada de la literatura universal del siglo pasado.
Hay publicaciones que, como los buenos vinos, maduran de manera excelente. Digo «madurar» porque envejecer con menos de noventa y sin barrica no es de recibo en este siglo. Es lo que sucede con The Paris Review. Ya desde el primer número, allá por 1953, Harold L. Humes, Peter Matthiessen y Geroge Plimpton definieron claramente sus intenciones: enfatizar el trabajo creativo de narradores, poetas, dramaturgos y guionistas de cine con “el objetivo de eliminar la crítica del lugar dominante que ocupa en la mayoría de revistas literarias”, pero sin excluirla. Casi siete décadas después, su misión editorial y su indiscutible calidad persisten intactas.
La idea surgió en París y tomó forma en un pequeño local de la editorial Les éditions de la Table ronde. Poco después se trasladaron a un carguero de grano anclado en el Sena. Antes de trasladarse definitivamente a Nueva York en 1973, la última sede parisina de la revista se ubicó en el mítico Café de Tournon, en plena Rive Gauche.
A la legendaria entrevista publicada en el número uno de The Paris Review al escritor británico E. M. Forster, le siguieron Mauriac, Graham Green, el propio William Styron, Alberto Moravia o Joyce Cary. También pasaron por El arte de la ficción (hoy Writers at Work) William Faulkner —entrevistado en 1956 por Jean Stein—, Dorothy Parker, Hemingway, Borges, Kerouac, Carver, Cortázar… La lista es exorbitante. Ellos y sus respectivos entrevistadores reinventaron y consolidaron el arte de la entrevista, convirtiendo la sección en un género propio, un híbrido entre periodismo y literatura que ofrece al lector un perspectiva profunda y personal sobre los entrevistados.
Porque esto no va de un señor (o señora) que pregunta y un famoso literato (o literata) que responde a cuestiones manidas, cansinas, historias recorridas hasta el hartazgo. El arte de la entrevista requiere, al menos, un mes de preparación, varios encuentros e intromisiones en la vida cotidiana del entrevistado. Después viene la criba sobre lo grabado, sobre las notas y los tachones, sobre los horrendos lugares comunes. Ahí radica la excelencia de The Paris Review y el prestigio de los autores que han pasado el filtro: “los buenos escritores y los buenos poetas, aquellos que no siguen la corriente y no empuñan el hacha”.
Un centenar de las entrevistas publicadas por The Paris Review entre los años 1953 y 2012 forman parte de cuidadísima selección que edita Acantilado este mes de diciembre. Se trata de una antología escogida entre los retratos literarios realizados a lo largo de seis décadas que engloba a los mejores novelistas, dramaturgos y poetas del siglo pasado y lo que llevamos del XXI.
The Paris Review. Entrevistas (1953-2012) es el fruto del exhaustivo trabajo realizado por la editora de Acantilado, Sandra Ollo, y su equipo durante los últimos ocho años. Recogida en dos volúmenes (un total de 2.800 páginas), la antología se centra en autores literarios salvo alguna excepción, como el perfil que James Linville trazó sobre Billy Wilder en 1996, también incluido.
El primer volumen se inaugura con la mencionada conversación entre Philip Nicholas Furbank, FJH Haskell y Forster en el King’s College de Cambridge. Lo cierran Raymond Carver y John Ashbery, entrevistados ambos en 1983. “Cortázar medía metro noventa y tres y era más flaco de lo que muestran sus fotografías”, cuenta Weiss en 1984 tras charlar con el escritor argentino en su casa de París. Esta es una de las primeras entrevistas del segundo volumen, que concluye con Michel Houellebecq (Susannah Hunnewell, 2010) y Roberto Calasso (Lila Azam Zanganeh, 2012).
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Traductores: María Belmonte, Javier Calvo, Gonzalo Fernández Gómez y Francisco López Martín. Ilustrador: Perico Pastor. ISBN: 978-84-17902-86-5.
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