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cerrarDiario de un escritor y el legado periodístico de Fiódor Dostoievski.
Recién cumplidos los dos siglos del nacimiento de Fiódor Dostoievski, Páginas de Espuma reúne en dos volúmenes todos los textos periodísticos del escritor ruso.
Durante más de tres años, tres traductoras (Elisa de Beaumont Alcalde, Eugenia Bulátova y Liudmila Rabdanó) han trabajado bajo la dirección de Paul Viejo para reunir en dos volúmenes todos los textos que Fiódor Dostoievski publicó en la revista mensual Diario de un escritor. La obra recoge también las colaboraciones en prensa del autor ruso y muchos de los apuntes de sus cuadernos de notas.
Fiódor Dostoievski no sólo fue el inmenso novelista universal que exploró la psicología humana, adelantándose al psicoanálisis, al existencialismo y a la novela social. También dedicó gran parte de su vida al periodismo y a la profesión militar. Sus textos y crónicas publicados en prensa recogen la versión más personal del autor respecto a los acontecimientos de su época y su entorno. Relató conflictos como el de los eslavófilos y los zapadniki (occidentalistas) o los problemas de educación en Rusia. Sus reflexiones sobre la situación política europea sembraron polémica y crearon tendencia. Tampoco escaparon a su análisis la actualidad social y cultural ni las referencias literarias a otros autores: Pushkin, Lérmontov, Tolstói, Victor Hugo, Poe.
El sufrimiento, el pecado, la culpa, la expiación y la ética que subyacen e inspiran toda la narrativa de Dostoieski se perciben igualmente en su faceta periodística y ensayística. Él, que supo diseccionar las tribulaciones y enfermedades del alma, no pudo escapar de ellas. Tampoco de las físicas. Padeció epilepsia desde muy joven, sufriendo crisis en ocasiones muy violentas. Durante los últimos años de su vida peleó contra un enfisema pulmonar del que murió poco antes de cumplir los 60 años. Su adicción al juego le acarreó numerosos problemas a lo largo de una década. Todo ello le atormentaba sobremanera. Se aprecian en su obra y su pensamiento el desasosiego derivado de esa amalgama de remordimiento y necesidad de purificación.
Las penurias económicas, el maltrato de un padre tirano y violento, el sufrimiento y la degradación que conoció durante su cautiverio en Siberia, la muerte de sus seres más queridos (madre, hermano, hijo) contribuyeron a recrudecer su visión existencial, su misticismo y a formar el pensamiento crítico que plasmó en sus textos.
Recién cumplidos los 200 años de su nacimiento, la edición de Páginas de Espuma utiliza como título de esta colosal recopilación periodística el mismo que Dostoievski eligió para la publicación mensual que dirigió durante los últimos 8 años de su vida. No seguidos, pues la edición del cuaderno se interrumpió mientras escribía Los hermanos Karamazov. Fueron en total 21 números en los que el autor arrojó opiniones, preocupaciones, sucesos, anécdotas y polémicas incluso algunos de sus cuentos: La mansa o El muzhik Maréi. Todo revuelto. Lo hizo para vivir y paliar sus dificultades económicas, aunque acabó convirtiéndose en un compendio de todo su pensamiento.
No obstante, como apunta Paul Viejo en el prólogo de la obra recién publicada, Diario de un escritor no es “la recuperación póstuma de un trabajo olvidado en un cajón”, sino “un documento clave y necesario para la comprensión de la historia más reciente de Rusia, de la evolución de una nación, sus conflictos sociales y políticos”. Y es que Fiódor Mijaílovich Dostoievski jamás escribió un libro titulado así. Ni siquiera concibió tal proyecto editorial —que escribió para sí mismo y por puro gusto— como un compendio literario ni personal.
Páginas de Espuma presenta este nuevo Diario de un escritor como “el legado descomunal de uno de los mayores escritores universales” que recoge en 2.400 páginas todo lo que se antojó escribir, antes y durante la edición de su diario. Como tal, los textos que lo conforman no sólo difieren en la temática, sino también en la “actualidad” literaria: algunos pueden resultar desfasados para el lector de hoy, otros quizás incomprensibles por relatar situaciones históricas y sociales ajenas al entorno occidental. En cualquier caso, el legado literario y filosófico de Dostoievski en su conjunto es tan brutal y tan inmenso, tan inmune al paso del tiempo que resulta indispensable incluso en pleno siglo XXI. Tal vez hoy, más que nunca. “Incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor”.
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