Alekséi Feodósievich Vangengheim, el meteorólogo que creía en Stalin.

El escritor Olivier Rolin rescata la historia de Aleksei Vangenheim, el meteorólogo representante de la URSS en la Comisión Internacional para el Estudio de las Nubes.

Alekséi Feodósievich Vangengheim fue el primer director del Servicio Meteorológico de la URSS. Su especialidad, las nubes. Su misión, el estudio de las particularidades climatológicas de la entonces recién nacida Unión Soviética con el fin de facilitar la construcción del socialismo. Su devoción: la utopía comunista. Vangengheim, el meteorólogo de Stalin, era feliz investigando el cielo y trabajando para aquella revolución proletaria que él creía que convertiría su tierra en un paraíso.

Con esa ingenuidad casi infantil, el fiel seguidor de la doctrina estalinista, se entregó a su trabajo sin sospechar que iba a convertirse en el chivo expiatorio de ese mismo régimen que le condecoró con la Orden de Lenin antes de acusarle de sabotaje y traición a la revolución. Eso sucedió en 1934, dos años después de las desastrosas colectivizaciones agrarias y las requisas de la “Ley de la espiga”. Condenado a diez años de reclusión por “falsificar previsiones”, el meteorólogo fue finalmente deportado a un gulag de las Islas Solvocki.

Pese a ello, jamás perdió la fe en el comunismo. Como tampoco abandonó su pasión por las nubes, los fenómenos meteorológicos, los avances científicos y la tecnología. El sueño de crear un paraíso terrenal, tal vez le insuflara la energía suficiente para mantener la esperanza. Durante los tres años que duró su cautiverio —después fue condenado a otros diez años de confinamiento sin derecho a correspondencia— mantuvo una prolífica relación epistolar con su mujer y, sobre todo, con su hijita Eleonora.

El escritor francés Olivier Rolin recupera esta jugosa correspondencia real para construir este delicioso reportaje novelado sobre la represión y la injusticia de la revolución bolchevique. Pero también reflexiona acerca del vacío ideológico que supuso para la Rusia contemporánea el fin de la utopía comunista.

Rusia ha sido siempre uno de los grandes temas de interés de Olivier Rolin: ha visitado el país en más de 25 ocasiones, conoce su lengua, ha impartido clases en universidades, ha recorrido gran parte de su geografía, ha escrito libros (En Russie, Sibérie), reportajes y realizado documentales. Fue en uno de estos viajes, en 2012, en las islas Solovkí, cuando oyó hablar por primera vez del meteorólogo Alekséi Feodósievich Vangengheim.

A través de una prosa ágil y sobria, directa pero brillante, Rolin rescata una historia cruel, cargada de tanta ternura como dureza, al tiempo que equipara la conformidad del meteorólogo con esa tolerancia un importante sector de la izquierda con respecto al antiguo régimen soviético.

+

Título: El meteorólogo. Autor: Olivier Rolin. El AsteroideISBN: 9788417007034. Última edición: mayo 2017. Páginas 208. Idioma: Castellano. Traducción de Miguel Aguayo. Precio: 18,95 €. Disponible también en formato electrónico.

Incluye 16 páginas en color con una muestra de las ilustraciones que Alekséi Feodósievich Vangengheim le enviaba a su hija Eleonora.



Oops

La versión más personal de todos nosotros, los que hacemos Loff.it. Hallazgos que nos gustan, nos inquietan, nos llenan, nos tocan y que queremos comentar contigo. Te los contamos de una forma distinta, próxima, como si estuviéramos sentados a una mesa tomando un café contigo.

Caín.

Esta es la historia de Caín, un tuerto que quería ser rey de los otros y que, mientras señalaba la oscuridad del mundo, caía en el abismo de la pereza. + ver

Un lujo.

Que no suene el despertador, que entre una brisa fresca por la ventana y mueva ligeramente la cortina, que el olor a café recién hecho inunde la casa, que suene la música, que brille el sol, amanecer... + ver

Esclavas.

Las mujeres, como seres de fantasía de la historia interminable, iban desapareciendo al paso de la nada, eran borradas del mapa y de la historia, era como si nunca hubiesen existido, estaban muertas... pero seguían en pie. Y eran esclavas. + ver

Newsletter

No te pierdas nada, que saber no ocupa lugar.

Salir de la versión móvil