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cerrarRaptos de Amor.
De los años que van pasando, de compartir los quehaceres del Hades, están Proserpina y Plutón muy unidos.
De los años que van pasando, de compartir los quehaceres del Hades, el negocio y la cocina tantos años, están Plutón y Proserpina muy unidos, olvidadas quedan las rencillas por el rapto, tiempo hace.
Suma que la memoria de Júpiter flaquea desde que los humanos olvidaron a los dioses y ya ni la reclama, y que Céres se ha acostumbrado a la independencia de la chiquilla y ya espera con calma sus idas y vueltas o que se tome vacaciones y se decida a venir de visita, que total ella está ahí y no se va a mover, que ya no tiene piernas para andar vagando mundo, los humanos se apañan bien ya solos con las cosechas, y se dedica a sus plantas y sus flores gran parte del año, y el resto viaja.
Así que la niña, que se ha hecho grande y mujer, sólo vuelve de visita en vacaciones, cada año más cortas, cada año más tardías. Florece todo por igual, florece, pero rápido, que se haga «la caló» y un tris de otoño para volver a la Gerencia, o a la Regencia, a controlar a Caronte, ya muy anciano, que se nos despista con las cuentas y, puesto que Cerbero cansado del trasiego ya ni ladra a las visitas con ninguna de sus fauces, a veces nos pierde clientela y se vuelven a la vida, y parece obra de la medicina moderna lo que antes se tomaba por milagro o brujería y no es más que un despiste. Otra caída en bolsa.
Y Plutón, que se ha quedado un tanto al margen por la edad, más mayor, más cansado, cediendo las riendas a su amada y su ambición, que ya era hora de comenzar a tomarse un respirito y quedar con otros dioses en Olimpo, el casino, a jugar al dominó, despreocupado porque ella hace y deshace con buen tino, que si miras hacia atrás el negocio ha crecido y mejorado, está perfectamente organizado y a poco saldría en las revistas si no fuera feo mencionar a la bicha alegremente. Aunque se ha de reconocer por bueno el tiempo obsequiado a Saramago por «las intermitencias de la muerte» que ha conseguido remontar mucho la imagen del negocio, no por menos Saramago es Nobel, y ha acercado al conocimiento general la necesidad de semejante tarea. Idea de ella, regalo de él.
Y todo porque el Amor que florece en cualquier parte, incluso en la casa de Hades. Y hay amores rentables. Proserpina es Reina. Y Regente. Y life looks good.