Una semana por Nueva York.
Resumen de algunos desfiles de la semana internacional de la moda.
Preparados, listos… ¡La gran manzana a punto! Porque, como no podía ser de otra manera, las calles de Nueva York son las primeras en formar parte de ese magnífico corrillo de celebrities, bloggers, influencers, diseñadores y ‘gossip people’ encargados de dar a conocer las tendencias para la primavera-verano que viene.
El pasado jueves se dio el pistoletazo de salida a una semana larga en la que la ciudad parece paralizarse, atenta en todo momento a street-styles, invitaciones, intagrams, twitter y, por supuesto, a una alfombra roja imaginaria que conduce directamente desde Japón, España, Londres o Rusia al front-row más selecto y decisivo. Mientras tanto, diseñadores y equipo se someten durante 24 horas a una especie de trance en el que solamente se ven telas, modelos y una larga lista cargada de incógnitas en los próximos números de Vogue, Elle, In Style…
El 4 de septiembre de 2014 se convirtió en un día único para tres hombres que, desde diferentes perspectivas, rindieron homenaje al puro estilo estadounidense: Jason Wu hice del sporty-chic su mejor apuesta a través de cortes sencillos y estampados florales en colores crema; Stuart Vevers llevó a la firma para la que trabaja, Coach, a dar una vuelta por su particular Ruta 66, algo que consiguió gracias a la colaboración del artista Gary Baseman, encargado de dar forma a las criaturas protagonistas de tal propuesta; Wes Gordon le dedicó su trabajo a la mujer en todas sus facetas: elegancia, respeto y una sutil admiración que vinculó al cuidado de los tejidos delicados.
Durante el resto de la semana, Wang hizo de las suyas con una reinvención de la tendencia del momento, haciendo del deporte una inspiración no solo para las sneakers, sino también para composiciones en vestidos o camisas que recuerdan a la horma de una zapatilla. Los 60’s fueron los decisivos para Altuzarra y sus formas propuestas, mientras que Prabal Gurung retrocede hasta su infancia para ofrecernos el lado más idílico de Nepal.
Rucci creó una auténtica delicia para los amantes de lo puro y limpio: una colección catalogada como correcta que convierte trabajos en blanco o negro en lienzos sobre los que ir dibujando, poco a poco, las formas femeninas en vestidos con gasa y detalles brillantes que conforman el equilibrio más sofisticado del momento. Bechkam volvió a demostrar hasta qué punto la sobriedad forma parte de su ADN pero quizás se centró tanto en este aspecto que dejó de lado parte de su ingenio y fashion-victim para hacer una colección extremadamente formal, incluyendo su debut como diseñadora de zapatos.
Suno hizo gala de la temporada, con un mix de rayas, colores, cuadros y estampados veraniegos que convierten a su colección un trabajo apetecible y optimista.
Trabajos que, un año más, dieron como resultados en tan solo unos minutos un esfuerzo que se conserva durante 365 días y que, en esta ocasión, parece caracterizarse por otro tipo de sentimientos que abandonan, durante una temporada, lo sorprendente o rocambolesco. Es así como Nueva York le ha dado la bienvenida a los grandes clásicos, al minimalismo y, por supuesto, a un respeto inaudito hacia la mujer. ¿Qué pasará en Madrid? Habrá que esperar unos días más…