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cerrarPasarela perezosa.
Aún quedan días de frío que pasar con estilo, elegancia, personalidad y, sobre todo, con producto nacional.
Hablar de invierno en invierno es algo que no apetece mucho, y menos en moda. Que sí, estamos de acuerdo en que es una de las cosas que millones de personas no entienden, ¿cómo se va hacer una pasarela de bañadores cuando ya ha acabado el verano? Pero cuando uno empieza a acostumbrarse a este desorden de temporadas, meses y colecciones resulta un poco molesto que a 5 grados de temperatura te empiecen a volver a hablar de abrigos y de pieles, cuando lo único que se quiere es calzarse las chanclas, el pantalón corto y salir a la calle en siete minutos, un procedimiento que suele triplicarse con la llegada de las bajas temperaturas.
Claro que cuando esta declaración de intenciones para hacerle frente al frío con estilo y glamour viene por parte de españoles la cosa cambia… y si se trata de la famosa ‘Merche’, más todavía. Y es que Mercedes Benz Fashion Week Madrid puso punto y final ayer a una pasarela que mostraba las propuestas para la temporada otoño-invierno del 2015, en la que se pudo ver más de lo mismo y más de lo nuevo.
María Escoté fue más de lo mismo. En personalidad y genialidad, trasladándonos al mismísimo oeste para reinventar a la mujer con la actual tendencia de flecos que parece no abandonarnos para las próximas temporadas. Cowgirls dispuestas a teñir los días de color, carácter y muchísimo estilo. El mismo que David Delfín puso en su regreso a las pasarelas, con una paleta cromática que, un año más, se pone a su entera disposición para hacer de vestidos, perfectos y jerséis un juego de geometrías y color con nombre propio.
Los sombreros fueron los grandes protagonistas de esta edición, algo nuevo pero que, en la mayoría de los casos, resultó repetitivo. Juan Vidal, Roberto Verino y Moisés Nieto apostaron por modelos que ya vimos en temporadas anteriores en la moda internacional, mientras que Martin Lamothe reinventa el ala ancha para dotar de misterio y, por qué no, cierto aire tétrico a sus musas de negro.
La elegancia llegó de manos de Hannibal Laguna, que en su colección número 100 hizo honor a la costura de toda la vida. Una elección que repite sus inicios pero que nunca cansa gracias a maravillosos tejidos trabajados y a una arrebatadora sofisticación femenina. Los hermanos Muñoz volvieron a hacer de las suyas, y es que Ailanto continúa rehaciendo el día a día de la mujer con estampados que, en sus manos, pasan a dar vida y forma a un armario 100% funcional, elegante y moderno.
Y entre pereza y pereza, una moda española que, a pesar de reflejar destellos internacionales, demuestra que aún quedan días de frío que pasar con estilo, elegancia, personalidad y, sobre todo, con producto nacional.