Ojos que no ven, photoshop que siente.

Lo importante es aceptarse a uno mismo.

Eso o pasar directamente a posponer la autoestima y caer, automáticamente y una vez más, en el boca a boca de millones de personas que han tenido el placer, o no, de poder ver cómo el photoshop se convierte no solo en tu truco de maquillaje por excelencia, sino en una sofisticada aparatología futurista que parece cambiar la propia identidad. Nicole Kidman es una de las grandes defensoras de la segunda reacción según ha demostrado en su última colaboración como imagen de la línea de complementos de Jimmy Choo, firma con la que también participó durante la colección otoño-invierno 2013.

La conocida actriz de Hollywood ha hecho que medio mundo se lleve las manos a la cabeza y que se incrementen las búsquedas de manuales de uso del conocido programa de Adobe, unos por espanto, otros por envidia y otros por curiosidad de ver los resultados en sus propias carnes, tras publicarse una campaña en la que sus 46 años pasan realmente desapercibidos tras un cuerpo de infarto y, lo más sorprendente, una cara que poco tiene que ver con la que hemos visto tantas veces en la alfombra roja. ¿Capricho de celebrity o más bien de la marca? Lo que sí hay que tener en cuenta es que, además del afán que tenemos las mujeres por mantenernos siempre estupendas y convertir la cuarentena en los nuevos 20, detrás de todo cambio existen unos intereses de marketing y ‘viralidad’ que no pasan desapercibidas para nadie. Recordemos que no hace mucho unas jóvenes de familia de bien paseaban más de 160 años de profesionalidad e historia agarrados por unas asas de piel en tonos neón que acabaron siendo comparados, por la actitud, que no por los diseños, con bolsas de papel reciclado sacadas de Zara.

Tampoco quedan tan lejos las campañas de Calvin Klein y Dolce&Gabbana, en las que se prefieren destacar otras virtudes de la juventud, o el video de la campaña otoño-invierno 2013 en la que Louis Vuitton paseaba a señoritas en vestidos lenceros en mitad de la calle mientras los faros de unos coches la iluminaban para acabar parando en plena calle en la que una de las madames se encontraba cubierta exclusivamente por un abrigo de piel. Ralph Lauren es otra de las marcas contra la que se arremetió al otorgar unas medidas que, si existiesen, supondría la rotura literal de la modelo por la mitad. A raíz de este escándalo se descubrió que previamente se despidió a la joven que iba a hacer la campaña debido a su supuesta gordura, siendo sustituida por Valentina Zelyaeva, a quien se le modificó el cuerpo entero con photoshop.

No es la primera vez que la moda sucumbe a las destrezas de las nuevas tecnologías para hacer de sus modelos lo que entienden por musas o para convertir sus trabajos, ante el miedo del fracaso o un intento fallido de alcanzar el éxito, en chismes disfrazados que acaban atentando contra la dignidad de las personas. Aún así, adaptando el dicho a las acciones de la Kidman: ojos que no ven, pues photoshop que sí siente.



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