Louis Vuitton se cuela en Forbes.
La firma francesa ostenta el puesto 20 de las empresas más influyentes del mundo.
Apple, Microsoft, Google… Si la lista de las 100 marcas más influyentes del mundo, con 15 países y 20 industrias como referencia, recogida en Forbes destaca en algo es en la presenta mayoritaria de empresas dedicadas a la tecnología que, en esta ocasión, han tenido que hacerse un lado para dejar espacio a la única firma de moda que se ha sumado a las celebrities empresariales: Louis Vuitton. El puesto 14 ha sido el que se le ha otorgado al imperio francés que, en su origen, se dedicaba en exclusiva a la marroquinería de lujo y que ahora cuenta con su propia línea prêt-à-porter, además de, entre otras cosas, ser el mayor patrocinador de la Copa de América.
¿Sorpresa? Depende de cómo se mire. La marca, propiedad del grupo LVMH, hizo del 2014 el pistoletazo de salida en busca del aumento del crecimiento de ingresos con acciones como acciones como el lanzamiento de nuevos productos y la incorporación de Nicholas Ghesquière. Algo que debería de resultar una obviedad en el sector, tratándose de un entorno donde se mueve tanto dinero, pero que no siempre resulta ser así. De hecho, Rolex se sitúa en el puesto 65 mientras que Chanel, Ralph Lauren y Target están muy por debajo del número 80.
Sin embargo, bastante más cerca de Louis Vuitten se encuentra un elemento que, aún estando relacionado con la industria textil, pertenece a un sector que cuenta con una diferencia abismal: el low-cost. La cadena sueca H&M reportó más de 280 millones de libras de ganancia en su primer trimestre. ¿El secreto? Según afirman desde la propia firma una línea de negocio que ofrece atractivo tanto en diseño como en precio a través de todas sus tiendas y su venta online.
Un ejemplo que quizás debería de imponerse en el mercado de lujo, convirtiendo la exclusividad del trato en una nueva técnica que aplicar a través de la web… ¿Por qué no?