Labios rojos y Superga, arreglada pero informal.

Las zapatillas de correr, las running, se encuentran en algunos de los armarios más codiciados del mundo.

Llevo dos semanas pensando en mi maleta de Semana Santa, la misma que no ocupará más de dos pantalones, tres blusas, dos jerséis y unos zapatos… Los que lleve puestos… Es decir, unas zapatillas. Esta parte de la conversación con mi madre hizo que mi practicidad, de la que me siento tan orgullosa, pasase a un segundo plano: “Pero, ¿y si vamos a un sitio donde hay que arreglarse un poco más?” “Pues nada mamá, me pinto los labios de rojo y listo”.

Porque en pleno 2014, donde las calles se inundan de sneakers de todo tipo, el concepto de clasicismo, formalidad o incluso dress code ha dado un giro de 360º, aunque sí es cierto que aún queda bastante para llegar a alcanzar el grado de los estadounidenses, quienes tienen total libertad moral para ir con las conocidas Heelys, zapatillas que incorporan ruedas a modo de patines, incluso superados los 35 años. Ahora las zapatillas de correr, las running, se encuentran en algunos de los armarios más codiciados del mundo. Las bloggers y la ‘it people’ le echan valor al asunto y deciden quedarse con la parte más chic del deporte, obviando las pisadas naturales, la ultraligereza para permitir una mayor adaptabilidad al pie o los tejidos que facilitan la ventilación que, en este caso, las marcas crean para que paseemos alegremente por la ciudad. Sin cumplir con el 100% de la utilidad pero con mucho estilo, eso sí.

Pero para los que más bien pecamos poco en el fashion system del deporte de élite, las Superga son la mejor opción: cómodas, resistentes y fáciles de convertir en el outfit perfecto para cada ocasión. ¿Quién dijo que la goma y los cordones eran solo cuestión de vaqueros y chándales? La firma, que nació en Turín en 1911 bajo la dirección de Walter Martin, llegó a Italia tras la guerra y convirtió el número 2750, su modelo clásico, en el calzado por excelencia para ir los fines de semana de la ciudad a la playa. Unos cuantos años después, las celebrities se rindieron ante la comodidad de este zapato que ha superado las barreras del sport style para convertirse en un complemento que permite vestirte de la cabeza a los pies.

Una de las últimas en formar parte de todo el universo Superga es Suki Waterhouse, imagen de la marca en su última campaña, siguiendo los pasos de Alexa Chung y Rita Ora. Un trabajo en el que, a través de cosas sencillas y cierto aire despreocupado, pero muy pensado, se consiguen combinaciones divertidas, originales y muy formales, algo que solo son capaces de hacer los italianos.

Rojas, amarillas, burdeos, menta, rosas, animal print, estampados militares, plateadas… Practicidad a parte, ¿y ahora cuál le regalo a mi madre?



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