La Super Bowl de Katy Perry.

Si eres un fanático del mundo yanki o quieres unirte a él, la Super Bowl es el comienzo: el partido final del campeonato de la National Football League se convierte en el evento por excelencia del año ante el que todas las empresas anunciantes se disponen a pagar una pequeña fortuna con el fin de aparecer en uno de los acontecimientos más vistos del mundo. A esto hay que sumarle el carácter de show evolutivo con la presencia de celebrities y cantantes internacionales. Para empezar, esto es todo lo que debes saber sobre el fútbol americano. Ahora toca profundicar un poquito más…

Han pasado ya diez años desde que Paul McCartney moviese su pelo al viento delante. En 2006 Jagger y su movimiento de caderas acompañó al resto de los Rolling durante el partido y a ellos les siguieron Prince, Tom Petty, Springsteen, Townshend, la unión explosiva de The Black Eyed Peas con Usher y, a partir de entonces, la llegada de la diva que marcaría un antes y un después dentro de la historia que relaciona la Super Bowl con la moda: Madonna vestida de diosa por Tisci para Givenchy. La obra del diseñador hizo que las féminas que viniesen después, como Beyoncé, no dejasen indiferente a nadie con tu actitud y su estilo. La cantante estadounidense se alió con Rubin Singer para lucir un body que luego le traería problemas, con denuncia incluida por parte de PETA por utilizar una prenda fabricada con piel de animal.

Este año la elegida para actuar ante más de 110 millones de espectadores distribuidos en 180 países ha sido Katy Perry, quién, por supuesto, ha apostado por su particular personalidad a través de la obra de Jeremy Scott reflejada sobre cuatro cambios de vestuario. Así saltó al escenario encima de un león mecánico y se convirtió en la encargada de dirigir un escenario convertido en un tablero de ajedrez lleno de caballos.

Un trabajo pensado para el espectáculo en el que Perry pretendía convertir la 49º edición de la Super Bowl… justo lo que consiguió.