Hermès, Birkin y los cocodrilos.
Jane Birkin acepta las explicaciones de Hermès sobre el trato ético que dan a los cocodrilos en las granjas.
Sí, continuamos con el tercer (o cuarto) capítulo de la saga ‘moda a favor de los animales’. La siguiente protagonista de la telenovela es Jane Birkin, la actriz y cantante británica que en su día cedió con mucho gusto su nombre para el que se convertiría en el bolso insignia de Hermès. El acto, que tuvo lugar en 1984 tras el encuentro de Birkin y el que era presidente de la marca por entonces, se ha convertido hoy en un inconveniente para la cantante al ser advertida de que, posiblemente, el trato de los cocodrilos con cuya piel se fabrica el bolso sea de dudable ética.
Los encargados de poner voz a estos rumores han sido los de PETA, quienes parece ser que han dado por perdido el hecho de que, ante todo, se trata de un producto fabricado en piel. Ante esta batalla que dan por perdida han decidido buscar una alternativa en el trato que los susodichos de los que se extrae dicha piel tienen en las granjas. Claro que, por otra parte, uno si se pone a pensar no sabe hasta qué punto la cosa es importante: si bien por el trato de los animales o bien por el simple hecho de que existan granjas de cocodrilos exclusivamente destinados a producir productos del sector moda. A esto hay que sumarle que Birkin es defensora de los derechos de los animales, pero debe de tratarse de alguna línea variante de aquella que, sobre todas las cosas, apuesta por acabar con cualquier tipo de producto creado a partir de animales, ya que aquí lo importante es cómo se le trate en lugar del fin para el que se ‘usan’.
Hermès, por su parte, se ha encargado de poner los papeles sobre la mesa, asegurando que la conducta hacia estos animales cumple con niveles de calidad y, como extra, que las mismas condiciones se llevan a cabo en el ámbito social de los empleados, la seguridad del trabajo y las infraestructuras. Tras las aportaciones sobre certificados de crianza y demás que ha presentado la casa, Birkin respira mucho más tranquila sobre este asunto que afecta a estos complementos que tardan en ser fabricados en torno a unas 25 horas por unidad y que forman parte de los bolsos más caros del mundo.
Si es que cuando las cosas se aclaran da gusto seguir matando cocodrilos, claro que sí.