Patek Philippe 5212A. Lo imposible hecho realidad.

Patek Philippe, reloj de estilo clásico, producción regular y caja de acero. Estas cuatro características juntas provocan una reacción unánime de cualquier conocedor o apasionado de la Alta Relojería que se expresa en un solo término: imposible.

Ciertamente esto ha sido así durante los 180 años de existencia de la legendaria firma ginebrina. Hay relojes Patek Philippe de acero, pero este metal siempre se ha reservado a los de carácter “deportivo”, lease Nautilus y Aquanaut. También se ha utilizado en la gama de entrada femenina; los Twenty-4. Ha habido alguna rara referencia de reloj Patek Philippe de estilo clásico y con caja de acero, pero… se trataba de ediciones muy limitadas. Obviamente hay miles de relojes clásicos con caja de acero y de producción regular, pero… no son Patek Philippe.

Pues bien, ante el asombro e incredulidad general, esto ya no es así. Con la presentación en la feria de Baselworld 2019 del 5212A, Patek Philippe rompía la norma mas inamovible de su estrategia de producto. Si este será un hecho puntual o el avance de una nueva filosofía, nadie (salvo Thierry Stern) lo puede asegurar. Yo, siempre de forma muy progresiva y moderada, apostaría por la segunda opción.

Centrándonos ya en el reloj, este 5212A es un guardatiempo de estética clásica, cuya caja realizada en acero mide 40 milímetros de diámetro y cuyo grosor es de tan solo 10.79, muy poco para la complicación que alberga en su interior. Su geometría, aunque de base redonda, es mucho más elaborada y compleja que la de los Calatrava “de toda la vida”. La estética Bauhaus da paso a unas lineas más sofisticadas, algo que ya hemos visto recientemente en otros relojes Patek Philippe y que también parece confirmar una nueva tendencia de futuro.

Para hablar de la esfera del Patek Philippe 5212A, hay que hacerlo antes de sus indicaciones. Estamos ante un reloj con la rarísima complicación de “Calendario Semanal”. Esta denominación no tiene nada en común con el concepto de “Calendario Perpetuo” o “Calendario Anual”, que implican un cierto grado de automatismo en sus indicaciones. Estamos ante un reloj que nos indica la fecha, el día de la semana, el mes y el número de la semana. Esta última indicación es la que le otorga su peculiaridad y que aporta lógica a su denominación. De hecho es una indicación que solo tiene utilidad en países de cultura anglosajona, donde aún se toma como referencia para muchos asuntos el periodo de una semana. Si os interesa el futbol, habréis leído y oido en más de una ocasión, el termino de salario semanal en referencia a lo que cobra un jugador.

Todas estas indicaciones se muestran por el método de índice y aguja, salvo la de la fecha que se indica en una ventana ubicada a las 3 horas. Este es un factor estético muy apreciado por apasionados y coleccionistas, que por norma general lo prefieren a los sistemas de ventana.

El necesariamente nuevo movimiento que ofrece este conjunto de indicaciones es el calibre 26-330 S C J SE. Este raro (para los no iniciados) código ya nos dice que estamos ante un movimiento diseñado y desarrollado partiendo desde cero. El número 26 nos indica los milímetros de su diámetro, el 330 hace referencia a los 3,3 de su grosor, las S C significan segundero central, la J por día de la semana (jour) y el SE por número de semana (semaine). Por tanto, aunque su estructura técnica deriva del célebre e infalible calibre 320, no es en ningún caso una variación de él. Como era de esperar, incorpora la espiral de silicio Spiromax que lo inmuniza ante las corrientes magnéticas convencionales.

No os preocupéis que no finalizo sin responder a la pregunta que todos tenéis en mente. Su precio oficial es de 30.600 €. Son 1.560 euros menos que los 32.160 € de un Calatrava 5227R, un reloj clásico con indicaciones básicas y con caja de oro rosa. Teniendo en cuenta que para los apasionados y coleccionistas de Patek Philippe tiene más valor (por lo menos hasta ahora) un reloj clásico con caja de acero que uno con caja de oro, las consecuencias estaban cantadas. Las listas de espera son enormes. Por tanto, habrá que recurrir a técnicas Zen para pasar la espera sin crisis de ansiedad.



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