Nuevo Breguet Classique 7147, la excelencia y elegancia de un classique.
Breguet presenta en Mayfair la experiencia completa de un caballero, Classic Tour, para presentar el nuevo Breguet Classique 7147.
Decía el abuelo de este redactor que a un caballero se le distingue por los cuellos y en los puños de la camisa y en el pelo, que es una forma de formular o condensar muchas ideas en una sola imagen. Eran esos tiempos de postguerra en los que no se andaba suelto para lujos. Si hubiera vivido los tiempos de la bonanza económica antes del último pinchazo, cabe que hubiera reformado su sentencia y en lugar de los cuellos, ya no almidonados, hubiera puesto el rasero en el reloj. Un caballero se distingue en el reloj. Y entre todos los relojes, la colección Classique de Breguet cuenta mucho de quién se es, sobre todo si se es un auténtico caballero. Más el nuevo Breguet Classique 7147, por su excelencia, por su elegancia, por sus características, por todo.
Y para presentar en sociedad uno de esos relojes que hace a un caballero, la histórica casa suiza ha creado esa experiencia global que une en un solo evento todo lo que un gentleman necesita una vez que los cuellos y los puños ya se sobrentienden planchados, rígidos y sin necesidad de almidón. Lo ha hecho como se deben hacer estas cosas abriendo el Classic Tour que repetirá próximamente en varias ciudades a lo largo del globo. Pero lo ha hecho donde se hacen los caballeros tal y como están grabados en el ideario colectivo, de esa forma inigualable que ha sido referencia de todos, en pleno Mayfair de Londres, en el selecto Mark’s Club. Con un despliegue absoluto de esas cosas que componen toda la imagen de un absoluto gentleman: un barbero, un sastre, un artesano del calzado, un maestro destilador de bebidas espirituosas, y el Breguet Classique 7147 a mano para ser descubierto y apreciado en su más mínimo detalle. Vestir, Calzar, Lucir, Saborear. No podía ser más nosotros y no podría gustarnos más.
El nuevo Breguet Classique 7147 es, como no, otra maravilla del savoir-faire de Breguet. Esta vez con un mecanismo de carga automática extraplano, de 2,4 milímetros de grosor, planísimo. Pero que sea tan fino no implica que haya perdido ni un ápice de la excelencia a la que acostumbra desde hace 242 años. Más allá de su mecánica, de la reserva de marcha de 45 horas con escape de áncora suizo en línea invertida con cuernos de silicio, con espiral de silicio, ajustado en 6 posiciones, los acabados, los detalles, la fina artesanía, el estilo.
Dos modelos, uno en caja de oro rosa de 18 quilates y otro en oro de 18 quilates con baño de plata, en los que no falta la decoración guilloché de la esfera realizada a mano, con el pequeño segundero a las 5h -clou de París- que destaca con una decoración de ondas cruzadas y las también clásicas agujas de acero azulado de la firma. Por supuesto, numerados y con la firma Breguet. Y con la garantía de autenticidad, porque un Breguet es un reloj auténtico y único, la demostración de la excelencia.
Su precio está en los 20.700 euros, 21.200 euros en oro blanco. Y a buen seguro mi señor abuelo, que era todo un caballero, no tendría más que halagos para alguien salido del Classic Tour de Breguet con el pelo perfectamente arreglado, un traje a medida magníficamente confeccionado, a unos zapatos clásicos lustrosos, y con un Breguet contemporáneo heredero de los grandes relojes y del gran saber hacer de la relojería, el nuevo Breguet Classique 7147, fino, elegante, magnífico, excelente.