Frederique Constant suma estilo.

El tiempo, más que preocuparnos, es toda una obsesión; nos agobia tener tiempo para todo y para nada, para trabajar, reir, descansar, jugar, viajar, soñar… todo lo que intentamos que nos quepa en la vida tiende a ocupar tiempo y ahí vamos, corriendo a todas partes o a ninguna y siempre tras las horas y los días.

Y con esto queda ya presentada la utilidad del reloj de pulsera, su belleza es ya otro asunto, uno, en todo caso, que Frederique Constant resuelve con tanta maestría como confecciona relojes.

2013 fue el año del estreno de una nueva línea de relojes firmada por este renombrado joyero suizo; eran los Slimline Moonphase Manufacture. Nada se dejó al azar en el diseño de estas bellas joyas pero se cuidó especialmente la funcionalidad de su corona. El reto para este 2014 era una segunda versión de esta línea que, dada la perfección técnica de los modelos originales, no podía más que dar una vuelta o dos a su estilo.

Los nuevos Slimline Moonphase Manufacture ganan en estilo deportivo sin perder un ápice de su elegancia, cambian su pulsera de piel de cocodrilo por una de acero; lucen esfera de 42mm cubierta por un cristal de zafiro y en versión día y noche -blanco para el día y azul para la noche-.

Frederique Constant, además de mantener su exactitud suiza, ha sabido recrear el elegante estilo francés de Costa Azul y Saint Tropez llevándolo a la esfera de un reloj… o dos.