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cerrarReloj Fabourg de Hermès El tic-tac diminuto de Hermès.
Fabourg es el reloj más pequeño de Hermès.
La Montre Hermès armoniza el oro gris, el oro rosa y el oro amarillo con diamantes, brazaletes metálicos y pulseras de satén o en diferentes pieles –de ternera Box en negro, becerro de Barénia natural o becerro liso étoupe– y con esta mezcla escribe las horas en miniatura de los relojes Fabourg, que atesoran su tiempo más pequeño pues la caja de estos modelos mide solo 15,5 mm.
Los relojes Fabourg tienen el nombre de la calle donde tiene su cuartel general Hermès, en el número 24 de la parisina Fabourg Saint Honoré, vitrina del lujo, la alta costura y el espíritu chic parisino. En la que es hoy su tienda emblemática comenzó la historia de Hermès que puso su primera piedra en 1837. Primero fue una guarnicionería, pero después, con el devenir del tiempo, su nombre ha cobrado fuerza en una amplia gama de productos de lujo. Hermès es exclusividad, lujo y éxito.
La firma parisina Hermès cuenta con una amplia gama de relojes masculinos y femeninos. Este año buscaba la esencia del tiempo y la ha expresado a través de los relojes Fabourg. No se ha perdido en detalles superfluos porque en la ingeniosa sencillez y la forma grácil y pequeña ha hallado el tic-tac más chispeante. Los relojes Fabourg de Hermès poseen la elegancia de una miniatura y la finura y delicadeza de la discreción. Aunque son pequeños, saben cómo imponer su presencia. Si el perfume del mismo nombre, según Jean-Claude Ellena, “es el perfume de lo absoluto. Una explosión de flores blancas, un calor envolvente, una sensualidad conquistadora”, el tiempo Fabourg es el relato del tiempo sensorial, la explosión de la fusión del oro, la piel, el satén, los diamantes… Son las horas minimalistas que quedan atrapadas en una esfera lacada en blanco con tan solo cuatro índices, los cuatro puntos cardinales que nos ubican en el día y la noche, y sus sigilosas manecillas son impulsadas por un movimiento de cuarzo. De forma casi imperceptible y desde su esfera, Hermès reivindica la nacionalidad de su tiempo, suizo porque es Suiza el país del tiempo más perfecto, más preciso, más tradicional.
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