Simplemente Hermèsistible.

Que Hermès gusta es evidente, tanto que sus resultados anuales non han hecho más que mejorar en los últimos años, pero es que, además y aun siendo una firma histórica, no se conforma con marcar tendencia sino que viaja a la vanguardia de la moda. Buena muestra de la desbordante capacidad creativa de Hermès es su última campaña, lanzada a finales del año pasado y que va creciendo paulatinamente sorprendiéndonos cada vez más porque, no contentos con crear y recrear joyas, con reinventarse en sus diseños y dibujando nuevas formas, además, Hermès pone palabras a las sensaciones que transmiten esas joyas ¿el resultado? una campaña que te engancha desde la primera imagen hasta la última palabra.

Para empezar Hermès no es irresistible sino Hermèsistible, las palabras que define sus joyas no son words sino wordelicious; pero… ¿cómo son realmente las joyas de Hermès? según las definen desde la maison francesa con su particular léxico de wordelicious (palabras deliciosas), las joyas de Hermès son Sportless, que no Sportive y ahí está la modelo tumbada cuan larga es en una estupenda tumbona junto a la piscina; Winittude, siempre triunfantes; Perdibelle, capaces de pintar de azul un cielo gris; Printomaniac o amantes de los estampados; Follitude, tendentes a abandonarse a la locura; Aparesse, capaces de rendirse a un momento de ociosa creatividad; Impulcie, levemente culpables cuando se rinden a un capricho; Jalousele o ligeramente envidiosas y Escapitude o la diversión de planear una escapada.

Lo cierto es que Hermès no define sus joyas en término de sus formas o colores, de sus materiales o de la inspiración de la que nacen sino que nos las cuenta al calor de las emociones que despiertan, unas emociones que plasman en palabras que no existen más que en su wordelicious diccionario.

Claro que más allá de la campaña, el verano, las palabras y el juego están las joyas, que nos encantan… y que puedes descubrir en nuestra galería, en cada una de las imágenes que acompañan este artículo.