Todo el tiempo es presente.

El futuro nos tortura y el pasado nos encadena… – decía Gustave Flaubert – he ahí por qué se nos escapa el presente.-

Quizá fuera el tiempo también para Katrin Greiling -diseñadora industrial y arquitecta de interiores afincada en Estocolmo-, un discurrir veloz en el que el presente se diluye, como decía Flaubert, y cabe la posibilidad de que fuera esa la inspiración de la que nace un diseño que ideó y al que dio forma en 2007 y que ahora Design House Stockolm nos hace llegar: un original reloj que no marca las horas porque en él todo el tiempo es presente.

Y es que no tiene de reloj más que su forma, la de los digitales de pulsera más clásicos, porque es en realidad un brazalete chapado en oro o rodio, una ilusión del tiempo en forma de adorno y complemento.

Se acabo ser esclavas del reloj y su tic tac… ahora podemos engañar  a nuestra mente y conciencia y recordar, cada vez que miremos el reloj que el tiempo es oro y es también y tan solo el tiempo presente…