Fiesta en el jardín.
Con la colección Mil Flores de Durán Exquse, sumergirnos en la naturaleza a través de las joyas es un verdadero placer.
En 1865 un tal Carroll mostraba al mundo las aventuras de una curiosa niña rubia que tras correr detrás de un conejo blanco, se adentraba en un mundo de extraordinarios personajes. Morsas embaucadoras, gatos sonrientes, reinas de corazones y sombrereros locos, formaban parte de su excéntrico viaje, sin olvidar a las sorprendentes flores.
Por eso conocer la colección Mil Flores de Durán Exquse, podría transportarnos con facilidad, a la escena adaptada del libro que en 1951 llevó al cine Walt Disney. En ella, una Alicia de tamaño pequeño después de unos sorbitos de “drink me”, participaba de una fiesta en el jardín.
Margaritas, violetas, rosas rojas y blancas, lirios, tulipanes, narcisos, dientes de león, campanillas y amapolas, cantaban “nos enseñan cosas bellas las flores, de romances saben un sinfín” y nos envolvían con su rítmica melodía.
Eso es lo que ellas cantaban, y como a los de Durán lo que les gusta es diseñar joyas que hablen de quienes las lleven y de sus momentos, pues no es difícil imaginar que también se han sumado a esa sensación de belleza y mucho amor que las flores desprenden.
Una vez más sumergirnos en la naturaleza a través de las joyas es un verdadero placer. Plata de ley, chapado en oro amarillo de 18 kilates, cordones de piel y circonitas white and brown le dan forma a esta fantasía floral que oscila entre los 50 y los 120 euros.
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