Azul Yanes.

Es cierto que las joyas de nuestras abuelas e incluso las de nuestras madres eran y son realmente espectaculares. Elaboradas, elegantes, llamativas, pero a la hora de lucirlas nosotras mismas…, como que no nos vemos, ¿verdad? Los diseños a veces nos resultan recargados, el oro no nos llama, las piedras demasiado preciosas nos hacen sentir “mayores”, hasta un poco antiguas me atrevería a afirmar. Nos encantan, sí, y además detrás de cada pulsera, sortija o colgante hay un recuerdo, un momento especial, un fondo emocional insustituible.

Pero… ¡Tenemos que reconocerlo! La plata, la marcasita, los cuarzos fumés o los topacios engarzados en diseños atrevidos y mucho más frescos son los que brillan en nuestros dedos, en nuestras muñecas, en nuestro cuello.

En Yanes lo saben. Y de ahí y de la creatividad de Cristina Yanes nace la nueva línea Yanes Young. Una apuesta por la modernidad que, conservando la tradición, el prestigio y el saber hacer de una firma centenaria, propone joyas delicadas, femeninas y muy vinculadas a la moda. Plata y color son las señas de identidad de una serie de seductoras colecciones que, con nombres inspirados en los cuentos de hadas –Snowfall, Twinkle, Sparkle, Twilight o Stardust–, hacen las delicias de un público más informal y desenvuelto, menos convencional.

Esta temporada, aires militares y un cierto minimalismo futurista irrumpen en una oda al Barroco, al Siglo de Oro, a la Rusia de los zares, impregnado cada detalle de las joyas. ¿Sus protagonistas? La plata, el lapislázuli, el topacio azul y los diamantes.

Yanes Young