No me mires que te veo.

Esas gafas de sol, sí, esas, las de ‘no me mires que te veo’ son las que nos pierden…

Esas gafas de sol, sí, esas, las de ‘no me mires que te veo’ son las que nos pierden… y es que, más allá de su innegable utilidad para proteger nuestros ojos de la luz y el brillo del verano, las gafas de sol son un arma de presunción masiva… y de juego…

Y es que con las gafas jugamos al escondite y ocultamos con ellas la expresividad de los ojos, privando al contrincante de lo que el vaivén de nuestras largas pestañas suele confesar a veces… pero además, en la intimidad de los cristales tintados, vemos sin ser vistas, descubrimos detalles y gestos imperceptibles a cara descubierta cuando sólo cabe mirar de frente y a los ojos.

Claro que para ocultarse elegante y glamourosamente tras unas gafas de sol es condición sine qua non elegirlas con buen gusto, he aquí una pista: si te rindes a las propuestas parisinas de Chloé para esconderte no fallarás.

Monturas metálicas que dibujan la clásica forma de las gafas de aviador que supo rayban, más que nadie, hacer suya, y también de pasta con elegantes detalles dorados incluso en el frontal, esas… esas son las de ‘no me mires que te veo’ claro que tu capacidad para jugar dependerá de cuánto quieras tintar el cristal… aunque no nos negarás que las que nublan la expresividad de tus ojos dejando ver su forma y el vaivén de tus pestañas tras las gafas no tienen también su punto.

Tápate los ojos con el mejor estilo de París y juega.

Más información Chloé



Lucir

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