Los hombres también calzan Jimmy Choo.

Jimmy Choo es un diseñador de zapatos que se ha hecho a sí mismo. Originario de  Malasia se trasladó para completar sus estudios en  la prestigiosa Cordwainers’ Technical College de Londres, para financiar los mismos se dedicó a todo tipo de trabajos. Su primer par de zapatos lo realizó con once años pero fue en Londres donde alcanzó fama mundial cuando la prestigiosa revista Vogue publicó un reportaje a ocho páginas, dando a conocer sus creaciones. Una de las primeras personalidades en llevar sus zapatos fue Lady Di y a partir de ahí toda celebridad que se precie ha lucido uno de sus diseños en las distintas alfombras rojas.

Jimmy Choo es conocido fundamentalmente por sus diseños femeninos pero, cada vez más, los hombres adquieren protagonismo en su colección. Crea para ellos piezas en las que prima la comodidad pero que no pueden negar el indiscutible sello de sofisticación que imprime la firma.

En esta ocasión se presenta unas siluetas masculinas para un hombre actual, cosmopolita e imparable. Las zapatillas de cordones que en Jimmy Choo son de una elegancia y comodidad incomparable; realizados en variados colores y como apuesta más arriesgada en piel teñida en tono oro envejecido.

Vuelven con fuerza los mocasines con la suela blanca y en modelos bicolor; se mezclan los empeines azul claro y blanco con marino y beige. Otra propuesta son los zapatos de tradicional cuero de tiras trenzado, pero en esta ocasión la apuesta de Jimmy Choo la protagonizan también las combinaciones de colores.

Y por último, un imprescindible: las alpargatas de suelo de esparto y cuero flexible, pero el toque de la maison son  sus gruesos pespuntes en contraste. Jimmy Choo convierte la modesta alpargata en un zapato lujoso para el día a día. Los bolsos y las mochilas pespunteados en con el mismo hilo, la hacen imprescindible para un plan en la ciudad o para acompañar en un viaje a destinos remotos. Y en ese viaje, se hace imprescindible llevar las gafas que nos presenta la firma para que nuestros paseos no tengan fin.