Amibola soy solidaria.

Los beneficios de Amibola se donan integramente para mejorar la calidad de vida de los niños con autismo.

Un día, la diseñadora textil Jeannie Pascual Cornwall dibujó una pulsera de colores sobre la que escribió Amibola. Poco podía imaginar en ese momento que aquello se convertiría en el complemento de moda promovido unicamente a través de las redes sociales y del boca a boca. Y, sobre todo, seguro que no alcanzaba a pensar que ese gesto suyo terminaría ayudando a tantas familias que lo necesitaban.

Hoy, Amibola se ha converdio en una marca de complementos de moda muy especial. Sus beneficios se donan integramente a la Asociación ALEP-TEA, que trabaja desde sus instalaciones y desde su colegio para mejorar la calidad de vida de los niños con autismo, entre los que se encuentra el hijo de Jeannie. Lo recaudado, servirá para mantener el centro, gestionar el servicio y la formación de voluntariado y hacer de la vida de estos niños y de sus familias un camino más sencillo. “Más allá de reunir fondos, me gusta pensar que cuando alguien lleva una pulsera ‘Amibola’ es más fácil que a su alrededor surja una conversación sobre integración, tolerancia o el valor de ser diferente”, explica la diseñadora.

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ALEPH-TEA -Asociación Libre para la Educación Personalizada y Humana de los Trastornos del Espectro Autista-, abrió en 2004 un aula chiquitita para niños con problemas de autismo; en 2007 fue declarada `de Utilidad Pública´ y hoy cuenta con un centro escolar al que asisten 50 niños.

Amibola.
Además de la famosa pulsera, Amibola tiene 15 complementos más. Los productos se pueden adquirir en la web.



Lucir

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