Una pulsera para gobernarlo todo.
Nymi, la huella única de un electrogardiograma.
No sé tú, pero cuando yo veo en las películas del futuro ese momento en el que la gente se identifica con su retina siempre pienso en Blade Runner. Es más, me viene a la cabeza una escena concreta, aquella en la que el inquietante Roy Batty (Rutger Hauer) y Leon Kowalski (Brion James) le aprietan las clavijas al ingeniero genético Hannibal Chew (James Hong) que crea ojos artificiales para los replicantes de la Tyrell Corporation.
Por supuesto la genética no está todavía a ese nivel y un Chew todavía no existe, pero no deja de ser inquietante y desagradable que nuestro ojo sea la llave de nada. Como nuestras huellas dactilares, que son únicas, sí, pero las vamos dejando por todas partes y hay trucos para clonarlas, para falsificarlas. Entonces ¿qué modo tenemos de identificarnos como seres únicos? En Byonim han utilizado una huella única que se basa en la actividad eléctrica de tu corazón, ECG, y tu frecuencia cardiaca que, aunque te suene extraño, es distinta en cada uno de nosotros en función de su tamaño y posición y por supuesto tan sólo funciona si tu corazón late y lo hace en su sitio, una garantía ante replicantes y psicópatas.
Esta huella única junto con un dispositivo bluetooth, acelerómetro y giroscopio, abre un mundo de posibilidades que ven la luz con el Nymi, el primero de los dispositivos de Bionym, la pulsera que controla esa huella, tan solo hay que generar una corriente con la mano contraria a la que porta el Nymi y desde ese momento monitoriza constantemente que eres tú el que la lleva puesta y los gestos que haces con ella controlando además la proximidad.
Las posibilidades: todas. Desde las que nos muestran en su vídeo de presentación, abrir el coche por proximidad, o simplemente levantando, acercando o girando la mano, autentificarse en todos tus dispositivos con tan sólo cogerlo, como el iphone o el ipad o tu ordenador de sobremesa, y que cierren sesión o se bloqueen en cuanto de alejas o lo sueltes, hasta un mundo de interesantísimas posibilidades que aún nos parecen de un futuro lejano pero no imposibles: desde que se abra la puerta de casa cuando llegas a que el coche se ajuste a tus medidas cuando lo vas a conducir tú, o que la estancias de tu hogar o de la habitación del hotel en el que te alojes se regulen automáticamente cuando entras para regular la temperatura y la luz con las que te sientes más a gusto. Tú y sólo tú.
A pesar de Byonim está llevando a lo práctico y funcional el resultado de una década de investigaciones, el camino a recorrer aún no es corto pero comienza con la comercialización a partir del año que viene de esta pulsera que tendrá un precio de 99 dólares. Ahora sólo falta que se pongan de acuerdo con todos los fabricantes para integrar sus desarrollos y que el sueño se convierta en realidad, aunque la comunidad de desarrolladores y «early adopters» es ya impresionante . Limpio, seguro, cómodo, sencillo. Vital.
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