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cerrarNo se lo digas a Edison.
No queremos herir la sensibilidad de un genio. Aunque este es uno de esos secretos a voces.
A finales de 1800 un iluminado Thomas Alva Edison, con todas las connotaciones que esta iluminación conlleva, ideó la forma de reproducir sonidos grabados. Comenzaba la era del fonógrafo, que allanaba el terreno a la aparición del gramófono de Bell.
Discos planos de vulcanite y goma laca, comenzaban a comercializarse de forma discreta con la voz del tenor Caruso (sólo 10 copias), que le hicieron ganar millones de dólares, contribuyendo así a que otros artistas, se animaran a poner su voz en estos cuerpos sólidos con visos de durabilidad.
Pero con el paso del tiempo, los aparatos de reproducción de sonido fueron adquiriendo nuevos formatos, mucho menos atractivos, en pro de una mejor audición. Un claro ejemplo en el que la tecnología se había ido posicionando por encima de la estética, hasta que llegó Matt con este extraordinario rediseño cuasi escultórico.
Porque así es el iPhone & iPad Gramophone del Sr. Richmond, 191 y 230 euros respectivamente. La nueva talking machine del siglo XXI. Madera de nogal, hierro y acero inoxidable, que ha puesto en el mercado la empresa californiana especializada en la venta de muebles, Restoration Hardware. Que se aleja de la fidelidad que pueden ofrecer un CD o de un MP3, evocando así esa sensación que se tenía cuando se escuchaban algunos de esos antiguos gramófonos.
Pero si te cuento esto es porque me tienes que guardar un secreto. Su cuerno metálico, que incrementa el sonido cuatro veces más de lo que lo harían sus soportes naturales, lo hace sin necesidad de cables, pilas o batería alguna. Así que no se entere Edison, porque su trabajito le costó.
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