Vivir en Hale Mahina, la casa de la luna. En Hawaii.

Son tres: la casa del sol, que ya tiene dueño, la del océano y la de la luna ¿cuál querrías? Nosotros hoy nos vamos a la cara oculta de la luna...

En un universo de belleza como el que represanta loff.it, no puede faltar ninguno de los paraísos del mundo, rincones únicos, idílicos e inolvidables a los que acercarnos al menos una vez en la vida. Uno de esos rincones es Hawaii y lo es más cuando une su belleza a la armonía arquitectónica del diseño contemporáneo.

Viajamos hoy a estas icónicas islas volcánicas para visitar la casa de la luna, una vivienda pensada para la desconexión y el descanso, para la vida relajada y amable y para el tiempo propio mirando al océano porque lo primero a destacar de este lujoso espacio son las vistas desde todos y cada uno de los rincones de la casa, al mar.

La casa de la luna –Hale Mahina– es una de tres, la casa del sol y la del océano son las otras dos y comparten con la que nos ocupa su arquitectura contemporánea y el diseño moderno y armónico, huyendo de las vanguardias más rompedoras para acomodarse a las líneas depuradas y los volúmenes medidos. A la casa de la luna se sube en ascensor, no en vano es un ático, y una vez entras en Hale Mahina, lo olvidas todo porque todo es evocación y ensueño envuelto en paneles de maderas naturales y con inmensos ventanales que miran hacia el océano.

Todos los materiales utilizados en el interior de la casa son naturales y cálidos, incluso la piedra, también las maderas; los tonos bronce dominan el interiorismo y eso, al caer el día, convierte este ático en la casa de la luna de verdad y no sólo porque ese sea su nombre.

La cocina es amplia y se presenta con soberbios acabados pero lo más sorprendente y lo que te conquistará del todo es la habitación contigua, una pequeña gran vinoteca con un espacio para sorprender a tus invitados con una cata privada. Tan privada como la habitación principal que dispone de baño individual y un vestidor de ensueño al que sólo nos queda sumarle un gran baño con vistas al mar que te permitirá despedir los días del mejor y más romántico de los modos.

David Oldroyd, diseñador de esta bellísima casa, confiesa que buscaban sorprender desde el primer momento, de ahí el ascensor privado desde el garage directo a la vivienda… Por su puesto este ático, del mismo modo que las casas del sol y el océano, forman parte de un gran complejo que suma a la belleza y los servicios de la propia vivienda otros con los que no podríamos siquiera haber soñado.



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