Food Ink. Tecnología y alta cocina unidas de la mano.
El primer restaurante que imprime la comida en 3D, empieza su gira mundial y ha visitado recientemente España.
La cocina, al igual que la tecnología, ha ido evolucionando muy rápido y ha llegado hasta tal punto, que va de la mano con las nuevas tecnologías para seguir avanzando en el mundo culinario. Debida a esta evolución, y a la unión de la cocina con la tecnología, ha nacido el primer restaurante del mundo que “cocina” sus platos con una impresora 3D, el nombre de este es Food Ink.
En este restaurante todo está fabricado por una impresora 3D: mesas, platos, cubiertos, sillas e incluso la comida. Grandes cocineros, serán los encargados de cocinar los ingredientes, pero serán impresoras 3D la que elaboren el plato. Gracias a esta moderna forma de cocinar, desde Food Ink prometen una experiencia gourmet futurista.
Su primera apertura de puertas fue en Venlo, Países Bajos, y posteriormente en Londres. Gracias al gran recibimiento que obtuvieron, han concertado una gira mundial, en los que visitarán: Berlín, Dubái, Roma, Paris, Tel Aviv, Barcelona, Ámsterdam, Moscú, Nueva York, Las Vegas, Austin, San Francisco, Toronto, Sao Paulo, Buenos Aires, Taipéi, Seúl, Hong Kong, Singapur, Tokio, Ciudad del Cabo y Sídney.
Recientemente Food Ink ha visitado España, concretamente el restaurante la Boscana, en la ciudad catalana de Lleida. Aquí, han podido disfrutar de esta experiencia 30 comensales repartidos entre los días 9, 10 y 11 de noviembre.
En su visita a España, los comensales fueron recibidos con cava y una variedad de entremeses elaborados con las impresoras de 3D. Después tomaron asiento donde pudieron degustar hasta 11 platos, elaborados con ingredientes de la zona y preparados también con las impresoras 3D, con ayuda de los chefs de este restaurante catalán, Joel Castanyé y Mateu Blanch. Por último, los comensales fueron sorprendidos de la mano del famoso coctelero Patxi Troirino. Además, pudieron disfrutar de una experiencia de realidad virtual con uno de los platos.
El precio de las entradas fue de 180 euros y a pesar de que solo unos 30 afortunaos pudieron asistir, este evento fue emitido en línea para que todo el mundo pudiera disfrutar, visualmente, de esta experiencia.
Food Ink no es solo un restaurante, sino una nueva forma de hacer cocina de alta calidad, ofreciendo un producto que nunca antes se había servido, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿qué más se podrá hacer con una impresora 3D?