Michael Kors: cuando el éxito es un problema.

Se dice que la imagen lo es todo en la moda, y para la marca de lujo de Michael Kors, esa imagen se ha empezado a empañar.
Desde hace más de un año, los analistas han estado advirtiendo sobre»el próximo choque« de la compañía Michael Kors Holdings.
Están preocupados porque está en riesgo de sobre saturar su propio mercado, una perspectiva que podría condenar a la marca.

La mayoría de los diseños de alta gama de Michael Kors siguen siendo decididamente exclusivos aunque solamente sea por su precio. Y Michael Kors, a sus 57 años de edad, sigue siendo «el chico de oro de la moda estadounidense«, como lo declaró Vogue el mes pasado cuando dio a conocer su colección de otoño en la Semana de la Moda de Nueva York. El problema, al parecer, se centra especialmente en los bolsos, tan populares que estan en todos lados, colgados de todos los brazos. Eso es una manera de morir de éxito cuando se trata del sector del lujo, donde la exclusividad lo es todo.

Muchas marcas de moda de gama alta se basan en gran medida en su mercado de bolsos y accesorios. Son las mercancías más pequeñas tales como perfumes y bolsos, las que conforman la mayor parte de sus ventas.
Las empresas de moda adoran estos artículos porque son una talla única para todos, fáciles de producir, y les proporcionan enormes márgenes de beneficios. A los clientes les encantan los artículos más pequeños también porque son la manera ideal de «interiorizar« una marca y poseer un pedazo de lujo sin tener que gastar las decenas de miles de dólares que se necesitan para llevar a casa un traje completo.

Michael Kors decidió ir en pos de los compradores «de lujo aspiracional« mediante la venta de sus bolsos en tiendas urbanas de fácil acceso. Lo cierto es que los bolsos seguían manteniendo un precio alto, a partir de 200 dólares o más,  lo que está dentro de los estándares de la marca de lujo. Pero al acercar sus bolsos con éxito a las masas, la marca Michael Kors puede haber perdido su aire de lujo exclusivo, convirtiéndose en un sentido, una víctima de su propio éxito.

Un patrón común que se observa en otras marcas como Coach o Louis Vuitton.

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