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cerrarLouis Vuitton obtiene el “Poinçon de Genève”.
Louis Vuitton luce, en el reloj Flying Tourbillon, el Sello de Ginebra -Poinçon de Genève-.
El Poinçon de Genève -Sello de Ginebra- es una certificación suiza de gran prestigio, se trata de un elevado reconocimiento en horología que ostentan firmas como Cartier, Chopard, Roger Dubuis, Vacheron&Constantin y, desde 2016, Louis Vuitton. Lo esencial de este sello, más allá de su exclusividad y su prestigio, es que sólo se concede a piezas fabricadas por relojeros certificados por el cantón de Ginebra y presta especial interés no tanto a la precisión del mecanismo como a su acabado y decoración.
Esta lujosa certificación, rendida como ninguna otra a la belleza y el trabajo minucioso por encima de todas las cosas, se otorga desde 1886 y actualmente su regulación está recogida en la ley suiza, en ella se explican los requerimientos que debe cumplir todo reloj, ya sea de bolsillo o de pulsera, que quiera optar a este certificado, se detallan también cuales son los aspectos que se someterán a inspección e incluso cómo ha de colocarse el sello en el mecanimo si finalmente éste resulta premiado.
Los requerimientos que llevan a la obtención del Sello de Ginebra no son pocos ni sencillos de cumplir, algunos son generales, como el que dice que el movimiento debe ser, al menos, ensamblado en el cantón de Ginebra, otros lujosos como el que indica que debe lucir joyas rubí y algunos más técnicos y de diseño; pues bien, Louis Vuitton ha logrado cumplirlos todos y hacerse con este preciado sello que colocan al que fuera un ilustre maletero francés, entre los más notables relojeros suizos.
La pieza que ha llevado a Vuitton ha obtener este reconocimiento es el reloj Flying Tourbillon “Poinçon de Genève”, un reloj innovador y de aire minimalista que esconde un soberbio trabajo hasta en los detalles más nimios si acaso éstos pudieran darse en el complejo mecanismo de un reloj.
Dinámico, minimanista y ergonómico, el Flying Tourbillon “Poinçon de Genève” es una pieza muy Vuitton en su diseño y muy suiza en el trabajo de sus detalles; lo más innovador es, probablemente, el calibre LV104 que fue completamente desarrollado por La Fabrique du Temps Louis Vuitton; 168 componentes forman un ligero y delicado calibre esqueleto que parece estar suspendido dentro de la caja de platino 950 y bajo su cristal de zafiro ahumado.
Y así, con esta soberbia pieza, Louis Vuitton, una firma multidisciplinar que alcanza la excelencia en todo lo que toca, se convierte en una reputada firma relojera reconocida así por el mismísimo cantón de Ginebra.