El auge de los diamantes sintéticos.
Los diamantes sintéticos y los naturales únicamente se diferencian en su formación, porque tanto química, física y ópticamente son iguales.
La composición química y el aspecto de los diamantes sintéticos y de los naturales es exactamente la misma, asegura Tom Moses, jefe de laboratorio y de investigación en el Instituto Gemológico de Americano (GIA). Lo único en lo que se diferencian es en su formación, unos lo hacen bajo tierra a lo largo de millones de años, y los otros en un laboratorio en tres días.
Lisa Bissell, directora ejecutiva de Pure Grown Diamonds, distribuidor líder de diamantes de laboratorio producidos para joyería con sede en Nueva York, señala que el sector de los diamantes sintéticos se encuentra en su mas ‘tierna infancia’.
Su compañía recientemente cambió su nombre de Gemesis a Pure Grown Diamonds, para destacar que fabrican piedras sintéticas, no naturales. Bissell indica que parte del atractivo de los diamantes producidos en laboratorio, es que los consumidores pueden estar seguros de que están comprando diamantes «sostenibles, certificados y libres de conflictos«.
Por el contrario el grupo De Beers, compañía comercial con sede en Johannesburgo dedicada a la explotación, talla y el comercio de diamantes señalan «Somos de la opinión que existe una gran diferencia entre ambos. Hay mucho de valor emocional«. La propia De Beers produce diamantes sintéticos, estrictamente para uso industrial. Son propietarios de Element Six, que fabrica diamantes sintéticos para sensores de terapias de radiación y cortadores para perforación de petróleo y gas. En comparación con otros materiales, la alta resistencia al choque térmico, entre otras propiedades, convierten al diamante sintético en un material industrial perfecto.
Un caso que provocó un gran revuelo en 2012, fue cuando el laboratorio del Instituto Gemológico Internacional de Amberes descubrió una partida de aproximadamente 1.000 pequeños diamantes que se creían naturales, de los cuales que 600 eran sintéticos. No se trataba de diamantes sintéticos «ordinarios», sino que tenían impurezas, al parecer intencionadas para hacer parecer las piedras más naturales.
La industria del diamante está sintiendo los riesgos asociados con el aumento de fabricación de productos sintéticos. «Por supuesto las bolsas de diamantes, los productores y distribuidores están amenazados, la industria de los diamantes tiene que hacer algo al respecto” señala el Rapaport Group, principal fuente mundial de información sobre los precios de diamantes.
La industria de los diamantes cuenta con la experiencia de tener que proteger su mercado. Los llamados «diamantes de sangre» extraídos en países como Angola o Sierra Leona, se han estado utilizando para financiar abusos violentos y violaciones de los derechos humanos. La presión internacional ejercida sobre los gobiernos y la industria del diamante para que se tomaran medidas para eliminar estas piedras de países en conflictos del comercio internacional, ha tenido cierto éxito, pero el problema no se ha llegado a resolver del todo.