China, pieza clave para la industria del lujo.

China pasará de tener un grupo muy concentrado de consumidores de lujo a uno mucho más amplio, el mismo patrón que vimos hace años en Japón.

La industria del lujo mundial se encuentra atravesando sin lugar a dudas grandes cambios, pero China continúa siendo un gran jugador en el sector. En China se están vendiendo coches de alta gama, ropa de alta costura o relojes que para comprarlos la mayoría de los ciudadanos tendrían que pedir una hipoteca.

En los últimos años, el gigante asiático ha sido responsable de aproximadamente un 30 por ciento de las ventas de artículos de lujo a nivel mundial; pocas marcas de lujo podrían haber sobrevivido a la crisis económica si no hubiera existido China.

Pero la entrada al mercado del lujo de China no ha estado exenta de problemas para las exclusivas marcas occidentales y sus departamentos jurídicos. Prevenir todo tipo de piratería es sin duda la mayor tarea que enfrentan los equipos de abogados de las exclusivas marcas en la actualidad.

Si bien el optimismo sobre el futuro del sector del lujo es ampliamente compartido, existen voces de cautela. De hecho, China es a la vez una bendición y una maldición potencial para el sector de lujo. «La demanda por parte de China se ralentizará. Esperamos que el mercado crezca entre un 8 y un 9 por ciento anual, frente al crecimiento anual del 30 al 40 por ciento que hemos visto en el pasado reciente«, advierte William Hutchings, director ejecutivo de bienes de lujo de Goldman Sachs en Londres.

Sin embargo, mientras que el crecimiento de la demanda en China es probable que disminuya significativamente, se prevé ampliar la base de clientes en el país. «Esperamos ver  en China una transición de un grupo muy concentrado de consumidores de lujo a un grupo mucho más amplio. Es el mismo patrón que vimos hace años en Japón ‘ señala William Hutchings.

Pero esa base de clientes más amplia en el país más poblado del mundo representa problemas para los departamentos jurídicos de las marcas de lujo. Abogados especializados señalan que el 90 por ciento de las falsificaciones de artículos de marcas de lujo en el sureste asiático se originan en China. Por otra parte, se estima que el 80 por ciento de las infracciones de derechos de autor en China son cometidos por timadores profesionales.

«La tendencia en Occidente es pensar que toda la culpa de los problemas de propiedad intelectual en China provienen del gobierno y del sistema legal chino. Es un juego y existen reglas. Ellos saben lo que están haciendo, pero lamentablemente disponen de poco personal y de demasiado trabajo”, señala Paolo Beconcini, abogado asesor del bufete de abogados estadounidense con sede en Beijing Carroll Burdick & McDonough.

Beconcini, argumenta que incluso las grandes corporaciones multinacionales no son inmunes a cometer errores en China y aconseja que las marcas se dirijan a sus consumidores en chino y no en inglés, porque las palabras y el lenguaje son según el experto, ingredientes cruciales para el éxito “Hablar en el idioma nativo hace que las marcas transmitan una emoción mucho más fuerte, las palabras deben ser elaboradas con la misma calidad que el producto”.



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