De seis en seis maydays.
A poco que uno sienta, ahí está la palabra.
Ahora que acaba el año confieso que todos y cada uno de los editoriales que he firmado cada semana (cada semana en la que ha sido posible) se han escrito al límite de las horas o a la hora límite.
Sea porque a la hora de ponerse tiene uno mucho que decir o porque recordaba tener mucho que decir, pero casi siempre porque a esa hora o se alborotan y barajan o no están las ideas, la mayoría en una tarde de domingo y siempre con la duda del interés que lo que yo tenga que contar pueda despertar en alguien.. y el natural bloqueo a salir al escenario desnudo, aunque no se piense mucho en ello. Uno piensa para si mismo y escribe para si mismo si no busca el reconocimiento, pero sabe que al final la palabra acaba en otros y en ellas está uno indefenso. Graham Greene lo resolvía con «Escribir es una forma de terapia. A veces me pregunto cómo se las arreglan los que no escriben, los que no componen música o pintan, para escapar de la locura, de la melancolía, del terror pánico inherente a la condición humana.«. Así mis textos, íntimas tormentas, desnudos integrales, tan modestos como sinceros, son parte de esos lunes en los que todo entra en barrena y no cabe más que pedir ayuda, el monday may day que es también mi día, y una terapia para sobrevivirme.
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Cuatro conejitos.
La conexión perdida entre John Fitzgerald Kennedy y Lee Harvey Oswald. Ricardo Basurto Lee Harvey no era un tipo corriente salido de una granja que llega a Dallas, se compra un rifle y le pega un tiro a lo primero que brilla y se mueve, no. Tampoco parece que fuera un tipo extremadamente breve -aunque con diecisiete años se enrolara en los Marines- a pesar de demostrar una personalidad esquizoide -que en los Marines igual es hasta una ventaja- y cierta tendencia a la violencia -caramba, perfecto para la guerra-. Salvo porque era un tipo delgadito y enclenque... más información → -
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Simbiosis.
Nosotros nos sentimos orgullosos de nosotros. Ricardo Basurto Franz von Walsegg tenía una fea costumbre. El Conde firmaba la autoría de temas que encargaba a otros compositores y los ejecutaba en conciertos con la orquesta que mantenía entre el servicio en los salones del castillo de Gloggnitz en el que vivía, no muy lejos al sur de Viena, ¡Viena!, la ciudad que viviría el talento de Beethoven, Mahler, Haydn, Liszt, Mozart, Schubert… Apostaría a que Franz se sentía satisfecho, a tenor de aquella que le haría pasar a la historia. Muerta su esposa Anna a los 28 años de edad, apenado quiso un Réquiem para ella, uno magnífico que pudiera interpretar con la orquesta que alimentaba entre el servicio, pero como es de suponerle a quien se apropia de la autoría de la obra ajena, como poco su talento no le acompañaba, así que mandó encargar, como solía, uno, discretamente... más información → -
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Life looks good.
8.848 metros. Es la altura del Everest, mucho más de lo que el cuerpo humano, uno normal, puede soportar sin ayuda. Ricardo Basurto * Los chinos lo llamaban 'Madre del Universo' ya hace más de 300 años. Es la cima más alta del mundo, 8848 metros dijeron los últimos que la midieron, chinos también. Luego hay 3,5 metros más de nieve, pero eso es harina de otro costal... más información → -
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Íntimas tormentas.
There is an answer / I haven't found it / But I will keep dancing 'til I do. Ricardo Basurto (*) I ran across cyanide plains, / Mind like a prison cell / But feet untethered and sane. / I wandered out hopeless and sad / No thought of where I'd go / Or how I'd ever get back. Cuando escribo estos editoriales no pienso nunca en que nadie los vaya a leer, cosas mías, me digo, y me desnudo, y me expongo como me apuntó el genial Cósimo de Monroy aquella noche en una terraza llena de la interesante humanidad que rodea El Hedonista... más información → -
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La gallina de los medios de oro.
Coaches, videntes, profetas, un granjero y su gallina. Ricardo Basurto Se me llena el timeline de “coaches” y la televisión de videntes que cantan una runa, soplan su palma de la mano y predicen tu futuro en tres segundos con tan solo una llamada y tu nombre. La estrella de los segundos es sin duda Sandro Rey, mi favorito, capaz de convertir el programa en un stand-up de desaciertos y casualidades y otras cosas del querer. Se me atraganta la risa... más información →
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