Rose House: una casa de vanguardia en los bosques de Ucrania.

Rose House es una casa en un entorno natural cuyo diseño se acerca más a la vanguardia creativa que a las tradicionales cabañas del bosque.

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Viajamos a Ucrania para conocer un proyecto arquitectónico excepcional, una casa vanguardista integrada en la naturaleza que, ya sea por el paisaje o por los materiales utilizados para su contrucción, nos parece una casa de cuento… aunque más de cuento de Poe que de hadas. Es Rose House.

Sergey Makhno es el arquitecto que ha ideado y dirigido la construcción de esta casa, Rose House, una vivienda de hormigón, acero, vidrio y agua que nos sorprende con una imagen sencilla que esconde a su vez una gran complejidad tanto por los propios materiales como por las posibilidades de la vivienda.

Su exterior es elegante e imponente a la vez, de líneas depuradas y dominado por el acero y el agua del estanque artificial anexo a la casa; su interior es amplio y luminoso, unos 160 metros cuadrados de vivienda en la que la luz entra a raudales a través de sus ventanales de suelo a techo.

En su exterior, además del estanque artificial, destaca también una estatua que recibe el nombre de ‘rain’ y cuyo diseño es obra del artista ucraniano Nazar Bilyk junto con los espacios de patio y terraza para disfrutar de los días claros.

El interior de la vivienda se organiza alrededor de un gran espacio central, el salón, que disfruta de los soberbios ventanales de suelo a techo y que hace que el imponente exterior de la vivienda sea, en cierto modo, parte de su interior como la propia casa lo es del bosque.

Las imágenes a través de las que Sergey Makhno ha presentado Rose House tienen cierta pátina de misterio y soledad propia de los paisejes naturales cuando las nubes y la niebla se imponen pero lo que resulta innegable es el modo perfecto en el que la casa se integra en el entorno convirtiéndose en parte de él, como queriendo pasar desapercibida y dejando su gran diseño sólo a la vista de los ojos más curiosos.

Vivir

Pequeños caprichos que ponen un toque de confort en nuestra rutina. Objetos de mesa o decoración que nos hacen sonreír de puro placer estético y sin los que ya no podríamos estar.

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